“Los Puentes” mueve hilos para exigir “lo suyo” ante la Justicia

La visita que los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) cursaron, a principios de mes, a Los Puentes para conocer la situación del Guadalbullón a su paso por las áreas residenciales no ha aplacado el malestar de los propietarios contra una Administración silente. A poco más de una semana para que se despida octubre, la presentación oficial del mapa de riesgos de inundaciones que la subdelegada del Gobierno, Francisca Molina, prometió para principios de otoño se les antojan palabras en el viento. Otro incumplimiento. Y la sensación se repite con la reunión de la mesa de seguimiento del protocolo firmado en 2006 para paliar las inundaciones en la zona. Llevan un año pidiendo su convocatoria sin que la Subdelegación haya hecho el mínimo gesto.

Cansados de esperar y apostados en el escepticismo, han decidido mover hilos y pasar a la acción a través de la vía judicial. Lo que en septiembre era una simple amenaza puede tomar forma. El presidente de la Unidad de Gestión Vecinal, Alberto Castro, señaló a este periódico que ya han contactado con un gabinete jurídico para denunciar a las administraciones suscribientes del protocolo de 2006 por su incumplimiento. “Nos están pidiendo documentación y, con el protocolo que hay firmado y las actas que les hemos entregado, nos dicen que hay material suficiente como para interponer el Contencioso”, indicó.

Los dueños de edificaciones —irregulares, en su mayoría— en el entorno del Guadalbullón (esto es, desde el Puente Nuevo hasta Las Infantas) se sienten abandonados por parte del Gobierno y de su órgano de cuenca, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. En concreto, se quejan de que el río no se limpia desde hace “cinco o seis años” y de que faltan escolleras para evitar la posibilidad de riadas.

Según el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) del Guadalquivir, los litros por metro cuadrado que se han recogido en la zona de Los Puentes estos dos últimos días de lluvia oscilan entre los 39 litros que se han contabilizado en el Puente Jontoya y los 65 de Puerto Alto, de acuerdo con el pluviómetro que hay instalado en el arroyo de Los Naranjos. “El Guadalbullón ha cogido agua”, apuntó Castro, pero “no ha caído suficiente” como para suponer una amenaza para las viviendas. Al contrario, el cauce baja prácticamente seco, para intranquilidad de los agricultores. Sin embargo, los residentes en la zona temen que, fruto del incontestable cambio climático, cualquier día sobrevenga una tormenta y haya una crecida. “Nos ahogamos todos”, ha pronosticado en alguna ocasión Alberto Castro.

En sintonía con el protocolo de actuación, otra de las reivindicaciones de los vecinos es el encauzamiento del río y que se delimite un nuevo dominio público hidráulico, ya que es en esta zona en la que se concentra el grueso de las 100 edificaciones que, aproximadamente, estarían abocadas a la demolición.