Localización simultánea de tres proyectiles de guerra en Lopera

Un vecino halla dos bombas de artillería y una granada con su carga intacta

29 jul 2018 / 11:03 H.

Testigos directos de la Batalla de Lopera, ocurrida hace más de 81 años. Dos proyectiles de artillería y una granada de piña fue hallada en los campos donde ocurrió la contienda de la Guerra Civil. Es habitual, que al menos en media docena de ocasiones se desplacen hasta Lopera los artificieros del Servicio de Desactivación de Explosivos (Sedex) de la Guardia Civil, procedentes de Granada. Sin embargo, la novedad es el hallazgo múltiple.

El material localizado estaba formado por dos bombas, de cuarenta centímetros de largo por doce de diámetro y de treinta por siete, y una granada. Lo curioso es que en los tres casos se encontraban a poco distancia entre sí, en el cauce seco del arroyo del Saetal. En el lugar se enfrentaron tropas nacionales, que tenían al frente al teniente coronel Redondo, y republicanas, con tres batallones (10, 11 y 12) de la XIV Brigada Internacional —compuesta por soldados de diecinueve países—. En la batalla, que duró tres días —el 27, el 28 y el 29 de diciembre de 1936— murieron centenares de soldados de ambos bandos, si bien nunca se pudieron recuperar los cuerpos de muchos extranjeros, ente los que se encontraban los poetas y escritores ingleses John Cornford y Ralph Winston Fox.

Los artefactos fueron encontrados circunstancialmente por un loperano, quien acto seguido dio parte en la casa cuartel de la Guardia Civil del municipio. Miembros de la Benemérita avisaron mediante radio a sus superiores acerca de la aparición del artefacto. Ayer a mediodía se personaron en el pueblo miembros del Sedex de Granada, que, en compañía de agentes del Instituto Armado, se personaron en el lugar. Una vez tomadas las medidas de seguridad pertinentes, con un perímetro en la zona para impedir el acceso involuntario de cualquier persona o vehículo en un radio de medio kilómetro aproximadamente. Luego, mediante la aplicación de una carga, se procedió a la explosión controlada de los proyectiles. Los miembros del Sedex comprobaron que habían quedado restos de metralla. En esta ocasión según pudo saber Diario JAÉN, el proyectil de mayores dimensiones, de 120 milímetros, al ser explosionado arrojó un liquido, algo inusual cuando se desactivan estos artefactos.

Los proyectiles suelen aflorar a la superficie debido a las labores agrícolas y a los efectos de erosión del agua. Dado que aún quedan personas que guardan artefactos de este tipo en sus domicilios sin saber el peligro que ello entraña, desde las instituciones se hace un llamamiento a la ciudadanía para que cuando encuentren en cualquier parte del campo un artefacto de los descritos. Se advierte de que en ningún momento ni circunstancia deben manipularse ni ser trasladados a domicilios particulares. En todo caso, es obligatorio dar cuenta rápidamente del hallazgo en el cuartel de la Guardia Civil más próximo, pues aunque han pasado más de ocho décadas desde el lanzamiento en el transcurso de la Guerra Civil, mantienen su carga, así como el dispositivo de iniciación intacto, lo que supone un grave riesgos para quienes los manipulen y transporten. Un golpe puede originar la activación y, consecuentemente, una explosión. La posesión y la custodia de este tipo de material está prohibido por la legislación. Desde hace décadas, la manipulación de proyectiles de la contienda ha ocasionado daños personales en algunos incidentes.