La lluvia desluce el Viernes Santo

Solo una de las seis cofradías que procesionan realizó su recorrido completo

21 abr 2019 / 16:08 H.

El Viernes Santo es un día de reencuentros en la Ciudad de Los Cerros, pues son muchos los ubetenses que residen fuera, los que vuelven por Semana Santa para disfrutar de la familia, amigos y hermanos de cofradía, pero una vez más, la climatología fue protagonista en esta Semana de Pasión, que no dejó a las hermandades realizar sus tradicionales recorridos. Un Viernes Santo que amanecía con nubes que descargaron agua hasta las cuatro de la madrugada. Un claro fue aprovechado por la Muy Antigua e Ilustre Cofradía de Nuestra Padre Jesús Nazareno, llamado “de las Aguas”, Santísima Virgen de los Dolores, San Juan y la Verónica, para realizar su recorrido procesional íntegro, decisión que comunicaba la junta directiva de la cofradía pasadas las cinco de la madrugada. Así, puntual a su cita a las siete de la mañana —portado a costal—, Jesús Nazareno aparecía majestuoso por la puerta de la Consolada de Santa María de los Reales Alcázares mientras sonaba “Miserere”.

Minutos más tarde, salían por la misma puerta la Santísima Virgen de los Dolores y San Juan, y tras ellos, la santa mujer Verónica, acompañados por cientos de nazarenos que “tiñeron” de morado las calles de la ciudad. Mientras que Jesús Nazareno continuaba con su itinerario, la junta de gobierno de la Muy Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Caída y María Santísima de la Amargura decidía —dadas las previsiones de lluvia—, procesionar pero acortando su recorrido. Una decisión que fue compartida por la cofradía de la Expiración y Angustias, que mantuvieron sus horarios de salida pero hicieron un recorrido más breve para no poner en peligro su patrimonio, pero lo suficiente para que sus devotos pudieran disfrutar de las impresionantes tallas. Por la tarde, desafiando la lluvia, la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y María Magdalena partía, desde la iglesia de San Millán, para procesionar, pero viéndose sorprendida por la lluvia en la plaza del Mercado, la hermandad decidió regresar a su templo por la Cruz de Hierro.