La conquista del espacio comienza con el humor

Los jiennenses tenían una cita muy especial con uno de sus paisanos más conocidos que, como comprobaron todos los que acudieron a la sala Kharma el viernes por la noche, no les defraudó. David Navarro se subió al escenario de la antiguamente conocida como Bariloche para hacer reír al público con Cowboy espacial, una obra que nace de la mezcla de la música en directo con una selección de proyecciones audiovisuales.

Entre bromas, el humorista relató como ya de niño destacaba entre su compañeros de colegio por ocurrencias como la elección de su futura profesión. En clave cómica, Navarro se convierte en el protagonista de la historia en la que no faltan las situaciones cómicas con un alumno de intercambio norteamericano, casi tan reacio como él cuando era niño, a recoger aceitunas, pero que espabila pronto y como quien no quiere la cosa, también casi tan rápido como el jiennense cuando decide trasladarse a Madrid en busca de nuevas oportunidades.

Lo que buscaban los espectadores de Cowboy espacial era pasar una buena noche y, ya fuera de pie o cómodamente sentado, disfrutaron con las peripecias de un joven que, en pleno apogeo económico, se enriquece gracias a la bolsa hasta que los pierde todo y decide regresar a Jaén, a pesar de que el destino no se lo pone fácil.

La última función del vaquero intergaláctico encandiló a la sala Kharma como hiciera en los Teatros Luchana, donde cientos de espectadores no pararon de reír con las historias del humorista. Navarro cumplió, así, su sueño que era traer esta representación a su ciudad, la misma que lo vio crecer profesionalmente y que siempre le muestra su mayor apoyo en cada función. Junto a la agrupación Los Hijos de Utah, el cómico ofreció uno de sus mejores espectáculos para cerrar un año de éxitos.

Desde que comenzara su carrera en Comedy Central con algunos de los monólogos que con más reproducciones cuentan en plataformas como Youtube, también los escribió para Diario JAÉN. De su pasión por la creación de personajes humorísticos nacieron “El Enrea”, un mecánico andaluz con mucha mala leche o “El Capi”, el presentador y capataz de obra del concurso Smoka! a pico y pala, que forman la extraña, pero adorable familia de En noche de tregua y Solo ante el peligro.

Con Cowboy espacial, David Navarro dejó claro que no se ha convertido en un madrileño más, aunque resida actualmente en Madrid, donde compagina la comedia con su labor como coordinador de cómicos de Paramount Comedy. Pero como buen hijo que regresa a casa por Navidad, no se olvida del aceite de su tierra y de la familia y los amigos que anoche también acompañaron al artista.

Amante de su ciudad y del talento que nace a la sombra de los olivos, David Navarro siempre ha sido fiel a sus vecinos y —desde sus actuaciones en los pubs o teatros de la capital, hasta su paso por reconocidos programas de humor de la pequeña pantalla como Muchachada Nui o Buenafuente— el cómico siempre consigue arrancar una sonrisa hasta al más sieso, a pesar de que eso implique utilizar “malas mañas” con historias como el origen de la palabra “siesta”.

Lo que no le falta a David Navarro es ganas de hacer reír, algo que consiguió con Cowboy espacial, en la provincia que lo vio nacer y con un espectáculo completo que dejó con ganas de más a todos los que asistieron.