Jaén se encoge desde 2011 con más defunciones que nacimientos

El Instituto Nacional de Estadística contabiliza 5.380 partos en 2016, frente a 6.521 muertes

23 jun 2017 / 12:20 H.

La última vez que se registró un saldo vegetativo positivo en la provincia, es decir, murieron menos personas que nacieron, fue en 2010. Los datos, que recopila cada ejercicio el Instituto Nacional de Estadística (INE), dejaban claro que la cifra, un 0,4 por cada mil habitantes, aunque positiva, no era para lanzar las campanas al vuelo. Para encontrar un valor absoluto “normal”, dos nacimientos por cada millar de almas censadas, hay que remontarse justamente dos décadas. Con la última estadística aportada por el INE, la tortilla se da la vuelta. Los datos hechos públicos ayer por la entidad hablan de un saldo vegetativo de menos 2,3 habitantes. Se pierden, por la diferencia entre partos y entierros. Los valores absolutos lo dejan más claro, vinieron al mundo 5.380 niños, mientras que a 6.521 jiennense se los llevó al otro barrio la Parca para no volver. La diferencia estadística del pasado año es parecida a la de 2015, cuando se acentúo esta tendencia.

¿Que ocurre en España? El crecimiento vegetativo también es negativo. Según los datos del INE, todavía provisionales, durante 2016 nacieron en el país 408.384 niños, es decir, 11.906 menos que el año anterior, una caída del 2,8% menos. Desde 2008, cuando nacieron 519.779 niños, el máximo en 30 años, el número de nacimientos se ha reducido un 21,4%. En aquella anualidad, también hubo aumento poblacional en la provincia jiennense. Con respecto al resto de la comunidad autónoma, Jaén se sitúa como la que más se empequeñece y en solo una de las dos que experimenta este fenómeno, junto a Córdoba, en 2016. En la vecina provincia del oeste, murieron 7.504 personas y hubo 6.902 alumbramientos. El saldo vegetativo, aún así, es menos malo que el jiennense, al situarse en un 0,76 negativo por cada millar de habitantes. El resto de las circunscripciones andaluzas la balanza fue positiva, la que más Almería, con una diferencia entre bienvenidas al mundo y últimos adioses de 4,05 por cada millar de censados en sus 103 municipios.

Estos datos estadísticos concuerdan con otro de los parámetros que mide el INE, la llamada tasa de fecundidad, es decir, los nacidos por cada mil mujeres, aunque Jaén no tiene la más baja de todas, ya que con un 36,88, supera en el final de la tabla a Huelva, que tiene un 36,72. En Almería, se registra un 46,68. La provincia jiennense, es la número 20 de España con una mayor tasa de mortalidad bruta. La primera posición la ocupa Zamora, que le saca casi seis defunciones a Jaén, seguida de Lugo y Orense y otras zonas del país, como Soria, Palencia, Ávila, Teruel, Salamanca, Burgos y Segovia, todas ellas, salvo las dos gallegas, provincias que, como la jiennense, son de interior y en las que las actividades del sector primario de la economía, como la agricultura y la ganadería, tienen gran peso.

Implicación institucional para que la España rural no se quede vacía

El presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, defiende que todas las administraciones aporten medidas y recursos económicos para frenar la despoblación rural. El político jiennense intervino en el II Congreso Nacional de Despoblación en el Medio Rural, organizado la Diputación de Huesca y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), donde participó en una de las mesas de debate, titulada “Administraciones públicas y territorio: hacia una estrategia nacional contra la despoblación”. Para frenar este fenómeno, Reyes pidió la implicación del Estado, las comunidades autónomas, las provincias y los ayuntamientos. “Deben adoptar medidas, que por supuesto vayan acompañadas de recursos económicos, con el fin de que en el mundo rural se puedan poner en marcha proyectos empresariales y haya más oportunidades de empleo”, argumentó. En esta línea, recordó el “éxodo” que padecieron territorios como Jaén en las décadas de los 50, 60 y los 70 del siglo pasado. “Si no, tendremos un verdadero problema que se extenderá también a las grandes urbes, cuando se produzca ese desplazamiento masivo del mundo rural al urbano”, concluyó el presidente de la Diputación, convencido de que es preciso reaccionar cuanto antes para evitar que los territorios del interior se queden vacíos.