Investigan la muerte de un hombre arrestado en los calabozos

16 nov 2017 / 09:02 H.

Rafael Abolafia

En el depósito de detenidos del partido judicial de Martos hay caras “largas” y muy tristes. Se ha escapado un arrestado, pero no de la celda, sino del mundo. Antonio Pedro O. O. utilizó la chaqueta del chándal que llevaba puesto para huir para siempre. Este vecino de Torredonjimeno, de 35 años, se suicidó ayer en los calabozos municipales, ubicados en unas dependencias del Ayuntamiento de Martos. Lo había detenido la Guardia Civil de Martos por la mañana, como presunto autor de un delito de violencia de género. El hombre estaba pendiente de prestar declaración por estos hechos, según explican las fuentes consultadas. Apenas llevaba “tres o cuatro horas” en la celda cuando, según todos los indicios, ató una de las mangas de la prenda de ropa a su cuello y enrolló el otro extremo a los barrotes. En concreto, a una especie de trampilla que tiene la puerta de la celda. Después, se dejó caer poco a poco flexionando sus piernas hasta que la falta de oxígeno le hizo perder el conocimiento primero y la vida, después.

Durante el tiempo que estuvo allí, los agentes que lo custodiaban lo visitaron varias veces e, incluso, le llevaron la comida. La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación de lo sucedido para tratar de aclarar todas las circunstancias del fallecimiento.

El último caso similar se produjo el 17 de junio de 2014 en los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional en Jaén. Un vecino de Torredelcampo, detenido por el atraco a un salón de juegos, se quitó la vida utilizando un cordón que él mismo trenzó con una manta. El Estado indemnizó a la familia con 76.000 euros debido a las deficiencias que presentaba la celda donde se suicidó. Poco después, fue reformada.