Flores y “vivas” para la Virgen

Día emocionante en la pedanía con una bella y numerosa procesión

15 jul 2019 / 17:42 H.

Fascinación. Así se podría definir lo que los hoyeros vivieron en la última jornada de sus fiestas en honor de la Virgen del Carmen. Un momento que se repite cada año, pero que nunca es igual, pues la Madre deja instantes únicos e irrepetibles cada vez que sale al encuentro con sus fieles, y son muchos. Además de los vecinos de la pedanía, la hermandad de Andújar se acerca en cada edición para disfrutar de estas festividades y organizar algunas actividades. También lo hace el Ayuntamiento, cuyo objetivo es que pequeños y mayores disfruten de unas jornadas de alegría y confraternización.

El día más especial fue el de ayer, cuando apenas instalado la aurora, a eso de las ocho de la mañana, vecinos y visitantes acudieron a la llamada de la Virgen del Carmen y tras la celebración de la eucaristía, llegó el momento más esperado. La imagen hizo su bella salida por las puertas del templo entre vivas y aplausos de sus feligreses que se turnaron para portarla durante el transcurso en el que se desarrolló el desfile. Uno de los momentos más mágicos es cuando los feligreses aúnan todas sus fuerzas y elevan a la venerada Virgen del Carmen hasta el cielo para dejar un momento conmovedor que eriza el bello y que aquellos que tienen la suerte de vivirlo no olvidarán jamás. Todo ello amenizado por el coro rociero Mar de Olivos, que hizo que la imagen brillara aún más.

Asimismo, tras la procesión, los interesados pudieron acercarse y disfrutar de una visita por Cuevas Fuente y Poblado de la Hoya hasta las doce de la mañana, cuando se puso fin a dos jornadas llenas de emociones y alegría, pues a los momentos de fe de ayer se pueden unir los de diversión del pasado sábado. Un día en el que los asistentes compartieron una paella como almuerzo, algunos incluso la unieron con una merienda. También se programó una cena en la que no faltó la música. Acaban así los festejos en honor de la Virgen del Carmen, aunque no así el amor que las almas que habitan Hoya del Salobral y las de otros municipios sienten por su madre durante todo el año.