En recuerdo de Miguel Peinado

Homenaje al obispo emérito en el veinticinco aniversario de su fallecimiento

13 feb 2018 / 11:29 H.

Un emotivo recuerdo al obispo emérito Miguel Peinado, que fue prelado de Jaén entre 1971 hasta su renuncia, por edad, en 1988, en el que supuso el vigesimoquinto aniversario de su fallecimiento. La Santa Iglesia Catedral acogió una misa funeral en sufragio por su alma, que estuvo presidida por el actual obispo de la Diócesis de Jaén, Amadeo Rodríguez, y en la que junto a sacerdotes participó el obispo emérito de Cádiz, Antonio Ceballos, y un sobrino del Miguel Peinado, que siguió sus pasos en Granada.

“La iglesia recuerda la figura de Miguel Peinado, lo que es justísimo. Y quizás yo sea el que menos motivos tiene para decirlo porque acabo de conocerlo, pero desde que he llegado a la Diócesis de Jaén he oído hablar de él a todo el mundo, y siempre bien. Y eso es bueno. Por eso digo que es justo que 25 años después de su muerte lo recordemos y digamos que aquí hubo un buen obispo”, manifestó Amadeo Rodríguez. También recordó que, como reza su epitafio, Miguel Peinado fue un “pastor bueno”: “Ojalá los que hemos venido detrás aprendamos un poquito de él. Ahí estoy yo todos los días”.

Una vez terminada la eucaristía, los ministros de la iglesia se dirigieron hasta el lugar en el que reposan los restos mortales de Miguel Peinado para rezar un responso, y a ellos siguieron los jiennenses que se dieron cita en el homenaje a un prelado que, como recordaron desde la Diócesis de Jaén, en su ministerio apostólico puso especial énfasis en la catequesis y en el Seminario. En concreto, su cuerpo fue inhumado en la capilla de San Miguel de la Catedral de Jaén, templo en el que, con muy contadas excepciones, celebró la misa de las 10:00 horas todos los domingos a lo largo de sus casi 17 años de pontificado. Para el acto de homenaje propiamente dicho, la comitiva se trasladó hasta la Sacristía Mayor de la Catedral de Jaén, donde Amadeo Rodríguez, acompañado por el deán, Francisco Juan Martínez Rojas, y el sacerdote Manuel Carmona, recordaron la figura personal y pastoral del prelado jiennense y presentaron un CD que contiene los libros y folletos escritos por Miguel Peinado, así como otras publicaciones relativas a él, sus homilías y una completa selección de fotografías.

“Yo estuve muy unido a Miguel Peinado desde el principio, porque cuando él comenzó su misterio en la Diócesis de Jaén terminaba yo mis estudios, así que me ordenó de diácono y estuve con él. Siempre sabemos que no nos hacemos solos, todos y cada uno de nosotros somos el resultado de los encuentros que hemos tenido en la vida, personas que nos han edificado, otras que también nos pueden desmejorar. Pero siempre hay personas que inciden de una manera especial, que configuran nuestra forma de ser y de actuar, y yo en cuanto sacerdote le debo prácticamente todo a él, porque me cogió muy joven”, manifestó Manuel Carmona. Fue ese el motivo, aseveró, por el que confiaron en él para recordar su perfil como pastor, que hizo, más que como apología, centrándose en las motivaciones más profundas. Una muestra, así, de gratitud a Miguel Peinado, a un hombre al que le tocó guiar a la iglesia de Jaén en unos tiempos complicados.