El Santo Sepulcro aguarda en casa

Es la decisión más sensata”, comentaron unas mantillas en el interior de la parroquia de San Juan. Muchas eran las cabezas que asentían y daban la razón a estas palabras, pero era imposible contener las lágrimas por la noticia. El Santo Sepulcro se quedó en casa. Su Viernes Santo se vio truncado por la situación meteorológica, pues los informes que solicitaron desde la hermandad a Málaga y Sevilla confirmaban sus peores temores. Iba a llover, así que tomaron una decisión, “difícil, pero fácil a la vez”, como dijo la hermana mayor, Ascensión Cárdenas. Desde el primer momento la junta de gobierno votó de forma unánime: “Estábamos tranquilos, llevábamos varios días vigilando el cielo y, según se acercaba la hora, lo teníamos más claro”, resaltaba Cárdenas, y aportó que querían salir, pero “con calma” y, sobre todo, con la garantía de poder regresar a San Juan. “No salimos con la intención de encerrarnos en San Ildefonso u otra iglesia. Ante todo vamos a proteger las imágenes, son cuatro siglos de historia y con eso no se puede jugar”, concluyó la hermana mayor. Por lo tanto, la Virgen Dolorosa, así como el grupo escultórico El Calvario, ambos de 1579, junto con el Santo Sepulcro, permanecieron en el interior de la parroquia, arropados, eso sí, por sus vecinos y cofrades. En lugar de la procesión, se realizó un viacrucis en el interior del templo. Los rostros compungidos y las miradas vidriosas se propagaron con rapidez, pero poco después reinaba la serenidad, conscientes de que había sido “lo correcto”.

En el exterior, los jiennenses que esperaban la salida de su cofradía, muy unida al barrio, se mostraban tristes, pero comprensivos. “Es normal, con el frío y el cielo así, mejor que estén ahí dentro”, declaró una vecina frente a las puertas de la parroquia. Poco después de las siete de la tarde se abrieron las puertas para que los devotos pudieran ver las imágenes que se quedaban en el interior este Viernes Santo, a la espera de que el próximo sea más propicio.