El Linares mordió el anzuelo del Moralo

Los locales tejieron una red que atrapó a los azulillos

10 jun 2019 / 11:27 H.

Hay veces en las que el fútbol es impredecible. 22 jugadores con sus virtudes, defectos y emociones pueden tirar por tierra análisis previos con una simple acción. Sin embargo, en otras ocasiones lo que sucede en el césped discurre de forma similar a lo previsto. Suele decirse que las estadísticas están para romperlas pero si están ahí es por algo. El sábado en Navalmoral de la Mata se proyectó una película de la que ya conocíamos el tráiler. Un tráiler muy explícito y que había mostrado qué tipo de choque podía desarrollarse. Y, como no, la cinta siguió fielmente ese guion.

El Linares mordió el anzuelo del Moralo en los primeros cinco minutos y a raíz de ahí el choque se escribió en base a las reglas que habían dictado los de Diego Merino. Bloque compacto, replegado, solidario en el esfuerzo y que juntó a once hombres en campo propio. En cualquier otro equipo eso significaría renunciar a dañar arriba, pero Caramelo y Yoni se encargaron de lo contrario. Cada recuperación de balón desembocaba en transiciones llenas de veneno. Por muy lejos que arrancasen de Lopito, en pocos toques podían mirarle a los ojos. Entre ambos prendieron fuego a la banda derecha azulilla, buscando una y otra vez la espalda de Chinchilla y sacando a Carmona de zona. La zurda de Sergio Gómez y los movimientos de Valentín fueron el contrapunto por dentro.

Así, la primera parte fue de color verdiblanco, por lo que se necesitaban ajustes tácticos para darle la vuelta al calcetín. Arsenal lo arregló pasando primero a línea de cuatro con Anaba de lateral guardando el carril y después con el aire fresco que Álex Rubio —jugando como extremo derecho— y Fran Lara —para ganar segundas jugadas—, dieron a los suyos. Como no, con el cambio de chip, Rodri se hizo enorme, gestionando cada posesión y orquestando los ataques mineros. La segunda mitad del equipo fue muy meritoria pero la muralla local no sufrió casi fisuras. Se encontraron muy cómodos en ese sufrimiento, pues si tras recuperación eran capaces de encontrar al espacio a sus atacantes, el 2-0 siempre podía estar cerca a pesar de todo. Los linarenses tuvieron que jugar con la ansiedad de necesitar un gol pero sabiendo que cualquier despiste atrás podría costar ese segundo tanto que al final acabó llegando a pesar del asedio azulillo. Justo o injusto, el cuadro extremeño jugó su partido, llevó al Linares a su terreno y acabó dejándole con la miel en los labios. Le puso el caramelo en la boca en el segundo acto para luego arrebatárselo en el último suspiro.

El resultado obliga a los de Juan Arsenal a tomar muchas decisiones de cara a buscar la remontada. ¿Forzar a Miguelito? ¿Pasar a defensa de cuatro? ¿Apostar por Fran Lara para contener las transiciones rivales? ¿Juntar a Chendo y Álex Rubio arriba? Son preguntas que irán tomando respuestas conforme avance la semana y el cuerpo técnico estudie el planteamiento de partido. El Linares tendrá que enfrentarse al tipo de partido que más se le complica a sabiendas de que debe mantener una concentración defensiva sobresaliente para que un gol en contra no sitúe la machada al borde del milagro. Seguro que el choque de ida ha servido para sacar lecturas sobre cómo intentar abrir la zaga extremeña, ya que los mineros solo se acercaron al gol con disparos lejanos y balones a la espalda de los centrales. El juego interior entre líneas se tornó complicado (de ahí los pocos minutos de Beda) y habrá que ver si en Linarejos Arsenal apuesta por el mismo planteamiento ofensivo o mantiene lo que la afición azulilla ha visto domingo tras domingo.