El centro de acceso a internet de “Los Sauces”, en “quiebra”

El retraso en los pagos por parte de la Junta dificulta su continuidad

20 sep 2016 / 13:30 H.

La situación económica por la que atraviesa el Centro de Acceso Público a Internet (CAPI) de la Asociación de Vecinos Los Sauces se complica por momentos, debido a los retrasos en el pago de las ayudas por parte de la Junta de Andalucía. Tanto es así, que el hecho de no recibir algún ingreso para antes de que finalice el mes de septiembre podría suponer, incluso, el cierre definitivo de estas instalaciones. Es por ello que el presidente del colectivo de residentes, José Ruiz, espera mantener, a la mayor brevedad, una reunión con representantes del Gobierno autonómico en la provincia, con el fin de trasladarles el agónico contexto del CAPI y buscar alguna solución.

“Estamos en las mismas circunstancias, pero ya con una situación crítica. No hay dinero y de seguir así nos veremos forzados a cerrar, y eso es lo que no quiero, para no privar a nadie de un servicio muy necesario. La dinamizadora del centro está sin cobrar desde los últimos meses y así no se puede seguir. El problema es que, además de deber subvenciones atrasadas, aún no ha salido ni siquiera la convocatoria de este año pese a la altura que estamos”, afirmó Ruiz.

El último ingreso que el CAPI de Los Sauces recibió fue a finales del mes de febrero y la cuantía —poco más de 11.000 euros— correspondía al segundo semestre del año 2015. La cifra, aunque no sirvió para paliar el total de la deuda, sí fue suficiente como para arriesgarse a reabrir las instalaciones, debido a un cierre temporal anterior que se llevó a cabo por los mismos motivos. Además, la situación se agrava debido a la reducción de la subvención en más de 2.000 euros, de ahí que se tenga que devolver ese dinero, el cual ya fue empleado en pagar las deudas que había por el retraso en el cobro, con sus correspondientes intereses.

Ya en el mes de junio de 2015 el CAPI de Los Sauces dejó de prestar servicio al no recibir el 25 por ciento restante de la subvención correspondiente al proyecto formativo que iba desde el 1 de enero de 2014 hasta el 30 de junio de 2015. Una cuantía a la que también se agregó la del segundo semestre de 2015, de ahí que el centro decidiera cerrar, de forma temporal, para evitar la acumulación de cada vez más gastos. Pese a la realización del último ingreso, aún siguen pendientes de llegada las mensualidades que corresponden con el periodo de 2014 a 2015.

Mientras tanto, el tiempo pasa y las soluciones siguen sin llegar. Pese a todo, la actividad continúa en el centro a través de cursos y talleres vinculados al acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Así, el CAPI de Los Sauces presta servicios de asesoramiento en materia informática y atiende incluso derivaciones del SEPE y el SAE para realizar trámites relacionados con la búsqueda activa de empleo, la renovación de la demanda o la petición de cita previa. No en vano, este tipo de servicios están orientados a romper la “brecha digital” en zonas desfavorecidas de la ciudad y entre personas mayores.

El volumen de usuarios de “Los Sauces” supera con creces el centenar a la semana y, además de ofrecer acceso libre a internet, también realiza un acompañamiento personalizado. En este sentido, se llevan a cabo actividades que van desde la alfabetización digital al manejo de internet, redes sociales, correo electrónico, talleres de empleo y emprendimiento. En las últimas fechas, especialmente desde el cierre del CAPI de Arrayanes, el de “Los Sauces”, ubicado en la barriada de La Zarzuela, recibe a más usuarios en busca de la prestación de servicios.

Una paralización en el servicio
que se alargó durante varios meses

Fue a mediados del pasado mes de julio cuando los CAPI de Los Sauces y Arrayanes se vieron obligados a echar el cierre por los impagos de parte de las subvenciones a los que tiene que hacer frente, de forma anual, la Junta de Andalucía. En el caso del centro de Arrayanes, la deuda ascendía a unos 11.000 euros del programa que se ejecutó entre el 1 de enero de 2014 y el 20 de junio de 2105. Esta situación obligó a tener que despedir, temporalmente, a las dinamizadoras de este servicio, que también permanecieron varios meses sin cobrar sus respectivos salarios. En cuanto a usuarios, centenares de personas se vieron privadas de su asesoramiento.

El retraso en el pago de las subvenciones no se trata de una situación novedosa para los centros linarenses, de ahí que ya mostraran su “malestar”, el pasado verano, por esta situación. Además de los impagos, también se realizaron recortes en las ayudas que se recibían, por parte de la Junta de Andalucía, para afrontar otros gastos de los centros, tales como sistemas de seguridad y facturas de otros gastos. De momento, el único que se mantiene operativo es el centro ubicado en el barrio de La Zarzuela, mientras que el de Arrayanes decidió cerrar sus puertas.