Dulce Amargura del Despojado

La cofradía del Salvador brilla ante miles de jiennenses en un desfile muy sentido y bello

27 mar 2018 / 08:57 H.

Jesús Despojado de sus vestiduras es único. Media hora antes, miles de personas llenaban de vida la Plaza Reina del Salvador para ver salir un paso de misterio que evoca uno de los momentos más duros del Nuevo Testamento, como es el tránsito de Jesús de Nazaret hacia la cruz. Es el instante en el que deja de ser ciudadano y es tratado como un maleante, que está simbolizado en la retirada de la ropa. A su lado, María de la Amargura, con un semblante dulce y, a la vez, trágico por el camino por el que comenzará a penar su hijo. Jesús Despojado de sus Vestiduras procesionó por Jaén acompañado de la agrupación musical que lleva su nombre. Y eso se nota en cada paso de la cuadrilla de los costaleros. Son marchas a medida para mover la canastilla de costero a costero y, en ocasiones, cortar el viento con la izquierda hacia adelante para mecer a Cristo con una derecha que no quiere caminar al mismo son.

La Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras suena muy bien. Entró en la plaza con Oración en el Huerto. Los soldados romanos ya escoltaban el camino por el que tenía que salir Jesús. Partió con una salida emocionante por lo ajustada de la puerta. Los costaleros casi ni se movían de costero a costero para salvar el marco. Además, las primeras trabajaderas tuvieron que ir a tierra para salvar la puerta. Se encontró con Jaén al son de la “Marcha Real” justo antes de una chicotá realmente espectacular.

Cuando los zancos volaban con ansia para tomar el cielo, la agrupación musical marcó “Lágrimas de Pasión” que sirvió para que el patero izquierdo se marcara un giro que pareció eterno dentro de una chicotá que contó con dos marchas consecutivas y que sirvió para que Jesús Despojado de sus Vestiduras abandonara la rampa y se encontrara con Jaén a ras de suelo. Miles de personas lo esperaban y se emocionaban con un desfile procesional emotivo y bello. La cuadrilla trabajaba con cariño de rachear de las zapatillas con paso firme, pero sin correr. Otros costaleros esperaban de relevo su turno para entrar en la trabajadera, un motivo que da tranquilidad a capaces y contraguías y permitía al paso de misterio mecerse a los sones de la música y echar el paso largo cuando acaba la marcha y comienza a sonar el bombo y el tambor con la finalidad de avanzar rumbo a la carrera oficial. Al Despojado le faltaba entonces su Amargura, que salió dulce y elegante de la Iglesia del Salvador bajo el vivo ritmo del tambor que marca el paso de palio. La Agrupación Musical Nuestra Señora de la Amargura. Salió con la “Marcha Real”, otra vez, en una ajustada maniobra para que los varales y el palio salvaran la puerta. Ni se movían las bambalinas en el rachear de las zapatillas, lo que denotaba una enorme suavidad. Las primeras trabajaderas, al igual que con el Cristo, se fueron a tierra, un gesto que tuvieron que imitar el resto para que la Virgen de los Toreros se encontrara con miles de jiennenses, que la esperaban en la puerta.

La primera marcha que sonó fue “Amargura Soberana”, compuesta por Juan Rafael Vilches, que sirvió para dar un toque de dulzura a los primeros pasos por la calle. Después se interpretó “Soberana y Jaenera” en un claro homenaje a su autor, Pedro Morales, fallecido hace un año. Y a partir de ahí Jesús Despojado y María de la Amargura emprendieron su bello desfile de fe por la capital jiennense con un día espectacular. Sol radiante y casi 20 grados durante la salida y cielo despejado en el resto del recorrido.

Una representación de la Escuela Taurina de Jaén acompañó a la Virgen durante la procesión, al igual que los mandos de la Policía Local, ya que se trata de una hermandad que se encuentra muy ligada a estos profesionales. Largas filas de nazarenos —bien ordenadas y separadas por tramos con los enseres de la hermandad— acompañaron a las imágenes titulares. A la cofradía del Salvador se le quiere mucho y eso se nota en las calles de Jaén, que estuvieron repletas de jiennenses a lo largo de todo el recorrido. Impresionaba ver a la Virgen de la Amargura con la candelería encendida de vuelta al templo cuando cayó la noche. Una vez más, Jesús Despojado brilló en su encuentro con la ciudad de Jaén.

Medalla de la Virgen de la Amargura
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Diario JAÉN llevó la medalla de la Virgen de la Amargura a la salida de la cofradía. Los jiennenses pudieron disfrutar de una de las imágenes más bellas de la colección Dolorosas de Jaén junto a la edición de hoy del periódico de la provincia. Una vez más, la promoción contó con una enorme respuesta del público que acudió a la procesión.