De guardia civil a diputado de VOX

El cabeza de lista por Jaén nació en Úbeda, tiene 51 años y es un buen informático

05 dic 2018 / 11:20 H.

Benito Morillo Alejo nació hace 51 años en Úbeda, donde se cuenta entre los vecinos que son conocidos por buena parte de la población. Aficionado a las tradiciones locales, como la Semana Santa, no es raro encontrárselo por la calle, por lo que son muchos los que, al ver que será diputado de VOX por la provincia jiennense, dijeron aquello de “me suena la cara de este hombre”. El parlamentario autonómico de la fuerza ultraconservadora hace historia, como sus once compañeros de filas, al irrumpir de manera incontestable en el Antiguo Hospital de las Cinco Llagas. Personifican la mayor de las sorpresas electorales de la cita con las urnas del pasado domingo, al haberse constituido, sin que nadie lo esperara, como llave de un futuro gobierno de derechas en la Junta, después de 36 años del PSOE en San Telmo. Morillo Alejo, antes de político, fue guardia civil, pero dejó el servicio en el Cuerpo por enfermedad.

Al comienzo de su carrera profesional en el Instituto Armado estuvo destinado fuera de la provincia, algo que no es extraño entre compañeros de la misma edad, y, después, se trasladó a la Academia de la Guardia Civil. Los primeros años en este destino lo llevaron a la ciudad ubetense, donde la escuela de la Benemérita tuvo su primer centro en La Loma, pero, con la clausura de esta, su puesto se trasladó a la vecina Baeza, donde todavía está la Academia. Guardan buen recuerdo de él y, eso sí, entre sus contemporáneos, sorprende su salto a la primera fila de la política. Su mayor afición era la Informática, en lo que era todo un manitas, como bien sabían sus compañeros. Es lo único “fuera de lo común” por lo que es recordado, más allá de su buen trato y de la rutina del día a día que, en un acuartelamiento, tampoco da para demasiados excesos.

En su ciudad natal contrajo matrimonio y tuvo descendencia, con la hija de una “de las buenas familias” locales, popular por estar al frente de un boyante negocio. Durante la pasada campaña electoral, protagonizó algunos actos de campaña en la capital, como el que le llevó a visitar junto a la presidenta provincial y concejal, Salud Anguita, las vías sin uso del tranvía, en la calle Roldán y Marín. También les acompañó el secretario general del VOX, Javier Ortega. Apenas habló, solo dejó claro que su partido haría todo lo posible por evitar “excesos” de este tipo, como la construcción de este medio de transporte. También intervino en el mitin de la semana pasada en el que VOX reunió a 800 personas en el Teatro Infanta Leonor, uno de los actos más multitudinarios de todos los celebrados en la capital jiennense durante la campaña electoral. Cuando tomó la palabra dejó claro que forma parte del partido ultraconservador porque asegura “sentir asco” de aquellos que no respetan la memoria de las víctimas del terrorismo, criticó los “40 años de dictadura socialista” y lanzó argumentos como que, en sus palabras, “quieren quitarnos la Semana Santa y nos dicen hasta lo que tenemos que comer”. Benito Morillo Alejo, que lanzó vivas a España y la Guardia Civil, anunció que su partido tiene muchos planes para Jaén, con el objetivo de que deje de ser la “más deprimida de Andalucía”.

Ni Benito Morillo Alejo ni los otros once parlamentarios andaluces harán declaraciones públicas por el momento, por orden de la dirección nacional, ya que se guarda silencio mientras duren las negociaciones para formar el gobierno autonómico, tal y como confirmó ayer el nuevo diputado regional a este periódico que, sin éxito, le solicitó una entrevista.