De Beas a Massachusetts

David Carmona nació en Beas de Segura, pero el destino ha querido que se convirtiera en emigrante y, en la actualidad, reside en un pueblo pequeño llamado Maynard, en los suburbios de Boston, Massachusetts

26 may 2019 / 12:19 H.

David Carmona Soria es de Beas de Segura y hace más de una década dejó los montes verdes y el mar de olivos para trasladarse a Estados Unidos. Este jiennense ha vivido en varias partes de Massachusetts y New Hampshire desde el año 2007 y fue en 2017 cuando decidió asentarse y comprarse una casa para su familia. Ahora mismo reside en un pueblo pequeño llamado Maynard, en los suburbios de Boston, Massachusetts. Pero para llegar hasta ahí ha recorrido un largo camino, entre un lado y otro del mar. Primero estuvo en Inglaterra como profesor de secundaria tras estudiar Filología Inglesa en la Universidad de Granada —también realizó el CAP allí—, después dio el salto a Estados Unidos y ahí se dedica a la localización, como cliente. Precisamente, acaba de cambiar de trabajo. “Pasé cinco años en Bose, y ahora estoy en MathWorks, que es una empresa de software para científicos, ingenieros y matemáticos”, explica Carmona, su tarea consiste en ayudar a coordinar el trabajo de las agencias de traducción que contratan y es el editor de español. Pero, ¿cómo llegó Carmona hasta ahí? “Más bien fue el destino el que me escogió a mí, porque mi esposa es de esta región”, cuenta.

Con el idioma nunca tuvo ningún problema gracias a sus estudios y los seis años trabajados en Inglaterra antes de viajar a Estados Unidos. “Eso facilita mucho las cosas a la hora de emigrar, porque significa un desafío menos que afrontar”, asegura el jiennense.

Aunque no recuerda mucho de su primera noche en tierras americanas, pues es, como asegura, “un emigrante veterano”, sí que no olvidará la primera vez que pernoctó en Inglaterra. “Fue en un hotel que tenía moqueta en el cuarto de baño, con champiñones creciendo de los rodapiés”, dice. De todas formas, el momento más incómodo que vivió fue en las elecciones de 2016, con la victoria de Donald Trump. “Fue un día aciago para más de la mitad del país, y algo que me motivó a obtener la ciudadanía y poder votar en las próximas”, afirma, y añade: “Las consecuencias se están notando desde entonces”. Los “pequeños síntomas” de racismo vertidos por el presidente americano se hacen visibles en diversas circunstancias que, con anterioridad, nunca supusieron un inconveniente. “A nivel personal, a veces me siento incómodo hablando español en espacios públicos, porque nunca sabes con qué xenófobo te puedes encontrar estos días. Eso era impensable antes de las elecciones”.

Pero la vida continúa y, a pesar de ser un cliché, según dice él mismo, el momento más feliz y emotivo fue el nacimiento de sus hijos en el país de las barras y estrellas. “Es algo insuperable”. La familia es uno de sus impulsos vitales y el apoyo de la parte de Jaén ha sido clave para normalizar la convivencia. “Por suerte, mis padres han sido muy comprensivos desde que dejé España en 2001. Ellos fueron emigrantes también durante 20 años en Bélgica y entienden la situación. Además, prácticamente cada año he vuelto de visita a España. Algo muy importante también es que siempre hablo con mis hijos en español, por lo que pueden interactuar con toda mi familia cuando vamos de vacaciones”. Sin embargo, la tierra es la tierra, y es inevitable echar en falta Jaén. Lo que más añora son sus amigos. “Es una de las mayores pérdidas que sufre un emigrante”, dice, el jiennense, antiguo vecino de Beas de Segura, y aporta: “Ellos continúan con sus lazos en grupo, pero tú tienes que forjarte una red social alternativa y te pierdes muchos momentos con ellos. Mantenerte al día y no perder el contacto se hace cada vez más difícil con los años”.

sentido patriotico

El sentido patriótico que tienen los americanos es más que conocido fuera de sus fronteras, compartido en películas, series y canciones, no es un sentimiento ajeno para los extranjeros. Sin embargo, estar ahí y vivirlo en primera persona es otra historia, tal como cuenta este jiennense después de más de una década en EE UU. “El sentido de patriotismo que se vive aquí raya en lo obsesivo”, relata, y no habla solo de la pasión por la bandera, con las barras y sus cincuenta estrellas, sino de una idea que va más allá. “La cultura militar se ensalza hasta extremos propagandísticos, con una idealización de las fuerzas armadas y su papel que no he visto en ningún otro sitio”. Una imagen que no agrada del todo a Carmona: “Eso es peligroso, porque sustituye a otras formas de expresar el orgullo nacional que serían más saludables e inclusivas”.

opción laboral

A la hora de recomendar Estados Unidos como una residencia para otra persona, Carmona duda. “Vivir aquí es muy peculiar, por lo que no lo recomendaría para todo el mundo”. “Es un país que despierta profundos sentimientos encontrados, con zonas muy dispares entre sí”. Las diferencias entre uno u otra estados, con distancias de varios días de viaje en coche, abarcan una amplitud cultural de los más variopinta. “Creo que Massachusetts y la Costa Oeste son de las regiones más atractivas. Hay muchas oportunidades laborales, pero también es verdad que integrarse requiere mucha flexibilidad y capacidad de adaptación”. Algo que no es fácil para todo el mundo. “Para mí ha sido una experiencia muy positiva, pero también he conocido a otros españoles que se quejaban de las diferencias y no lo contemplaban como destino definitivo”.

Una zona residencial que tiene espíritu de pueblo, ideal para educar a los hijos
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“La vida en las ciudades y mayoría de los pueblos no tiene nada que ver, porque tienes que ir en coche a todos sitios”, comenta David Carmona, haciendo referencia a Maynard, la población en la que residen su esposa y sus dos hijos. “Este pueblo es peculiar porque es pequeño y muy peatonal, por lo que hablas mucho con los vecinos y el resto de la comunidad. Me recuerda mucho a mi infancia, y me alegro de que mis hijos vayan a crecer aquí”.

Por esta razón, no duda en afirmar que se plantea su residencia actual como un destino permanente. “No hay duda de que mi vida y mi familia están aquí”, asegura como una declaración de intención que no permite réplica, una realidad inalterable. De todas formas, la tierra siempre tira y ya está mirando el calendario, a la espera de las próximas vacaciones, para poder “cruzar el charco” hasta el mar de olivos. “Pasé las últimas Navidades en casa, y me gustaría repetir este año si puedo”, comenta el jiennense de Beas de Segura.

LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA, UN ORGULLO Y UN HONOR COMPARTIDO
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Una de las cosas de las que más orgulloso se siente David Carmona es su familia. Su mujer, Joanna, su hijo mayor, Rafe, de cinco años, y su hija pequeña, Alba, de apenas nueve meses. Todos viven juntos en una casa que compraron en 2017.

el anhelo por una tierra que no se
olvida nunca jamás
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Uno de los momentos nostálgicos que recuerda Carmona en Beas de Segura lo reflejó en esta imagen, durante una de sus visitas como emigrante. “Son sitios a los que no prestaste atención cuando eras niño y, de repente, te parecen maravillosos cuando vives fuera”.

mantener el contacto con la familia de españa, esencial
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Cuando el tiempo se lo ha permitido, Carmona y su familia han regresado a España para juntarse con la otra parte de la familia. En esta imagen aparece con su hermano, su cuñada y sus sobrinas durante una de las visitas que realizaron.

el jamón y el vino, que no falten en ninguna visita a españa
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Hay pocas cosas que den más alegría que disfrutar de un buen vino y un jamón bien cortado. Placeres sencillo que, según confiesa Carmona, se echan en falta cuando se vive fuera de su país natal. Por ello, siempre que vuelven, ¡hay que aprovechar!