Condenado a 11 años de cárcel el militar que abusó de su hijastra durante seis años

Fue una carta de la menor a su tutora, en la que justificaba un bajón escolar por las agresiones, la que levantó el caso

15 jul 2016 / 18:51 H.

La Sección Tercera de la Audiencia de Jaén condena a once años de prisión a E.J.G.O., de 34 años y militar de profesión, por un delito de agresión sexual continuada a la hija de su pareja, una niña que en el momento de los hechos tenía menos de 13 años y que, según la sentencia, sufrió sucesivas agresiones durante seis años consecutivos. La sentencia le condena también a 15 años de prohibición de acercamiento y comunicación por cualquier vía o medio con la víctima, y le prohíbe también otros 13 años de residencia y entrada en Linares. Además, se le reclama 15.000 euros de indemnización para la menor por los daños morales ocasionados.

El acusado negó los hechos en su declaración ante el tribunal y dijo en el juicio no entender los motivos que lleavron a la menor a realizar la acusación. “Eso es mentira. No se por qué se lo ha inventado”, dijo E.J.G.O respondiendo a las preguntas del Ministerio Fiscal. Según Fiscalía, las agresiones sexuales se produjeron desde que la menor tenía siete años y se prolongaron hasta que la menor estaba a punto de cumplir los 14 años. El Ministerio Público recogió que las agresiones comenzaron en 2006, cuando la menor tenía siete años y el acusado “comenzó con ánimo libidinoso y de satisfacer sus deseos sexuales” a someter a la pequeña a numerosos tocamientos.

La menor vivía con sus abuelos durante toda la semana y era los fines de semana cuando se trasladaba a vivir con el acusado y su madre. El acusado, con la excusa de bañar a la menor, aprovechaba estos instantes para someter a la niña a tocamientos. La resistencia de la menor la superaba dándole “pescozones” o sujetándola fuertemente por los tobillos para evitar que la niña cerrara las piernas. La voz de alarma la dio la menor a los siete años cuando dijo a su abuela que no quería que la bañara más el acusado. Y aunque la madre de la niña le pidió que dejara de hacerlo, E.J.G.O., “aprovechaba siempre que la madre de la menor no estaba en la casa o estaba acostada” para “seguir realizando tocamientos a la menor de forma continua”.

La declaración de la menor ante el tribunal se realizó a puerta cerrada. Mientras, la madre dijo en el juicio que creía a su hija “a pies juntillas” porque “la niña no es mentirosa”. También los abuelos de la menor se pronunciaron en el mismo sentido. Fue una carta de la menor a su tutora en marzo de 2014 la que levantó el caso. En dicha carta justificaba su bajón en el colegio y la llegada de los suspensos por los supuestos abusos sexuales de los que estaba siendo víctima. En dicha carta, apuntaba a la pareja de su madre como el presunto autor de las agresiones sexuales. La madre de la menor tiene un hijo con el acusado, aunque a raíz de la denuncia de la niña finalizó su relación sentimental con el ahora condenado.