Cinco detenidos por la muerte del joven desaparecido hace 267 días

La Policía cree que lo mataron en el transcurso de una fiesta celebrada en su piso

11 jul 2019 / 08:43 H.

Miguel Ángel López Restrepo desapareció sin dejar rastro el 14 de octubre de 2018. La última prueba de vida de este ciudadano colombiano, de 32 años, fue una llamada que hizo a las seis de la tarde de ese domingo en que la capital estaba empezando la Feria de San Lucas. Ese día se esfumó. Por ello, la Policía Nacional bautizó como operación “Humo” la laboriosa investigación que ha desarrollado durante meses para dar con su paradero. Ese amplio dispositivo, realizado por la UDEV de Jaén, dio sus frutos 267 días después, con el hallazgo del cadáver de Miguel Ángel, que estaba enterrado a un metro de profundidad en un olivar de la zona del Puente Tablas, y la detención de cinco hombres relacionados con su muerte. Los investigadores piensan que el hombre falleció el mismo día que desapareció, en el piso de la calle Málaga, en el barrio de Peñamefécit de la capital, que compartía con dos de los arrestados. Esa tarde de domingo, en la vivienda se celebró una fiesta: “Estamos convencidos de que no salió de allí con vida”, dijo el inspector Alfonso Ruiz Piote, en la rueda de prensa que ofreció ayer la Policía Nacional para dar los primeros detalles de la operación “Humo”, en la que participaron también la subdelegada de Gobierno, Catalina Madueño, y el comisario jefe, José Miguel Amaya.

Los cinco detenidos son los dos compañeros de piso de Miguel Ángel López y tres de los asistentes que acudieron aquella noche a la fiesta del piso de la calle Málaga. Son cuatro hombres de origen colombiano y otro dominicano, quien tenía a su nombre el contrato de alquiler de la vivienda. “Lo que pasó, lo tendrán que contar ellos”, aseguró el jefe de los investigadores, sin querer aventurar ninguna hipótesis más allá de decir que Miguel Ángel no salió vivo de su casa y que su cuerpo inerte fue trasladado al olivar donde la Policía encontró sus restos. Los cinco fueron arrestados ayer en Jaén capital, Córdoba y Madrid, respectivamente. Se encuentran en los calabozos de la Comisaría para tomarles declaración, concluir las diligencias y ponerlos a disposición de la autoridad judicial, probablemente el próximo viernes por la mañana.

Mientras tanto, el cadáver de Miguel Ángel López se encuentra en el Instituto de Medicina Legal de Jaén, donde los forenses le realizaron la autopsia. Hoy se conocerán los resultados preliminares, que arrojarán luz sobre cómo murió. “El cadáver llevaba mucho tiempo enterrado y, aparentemente, es imposible distinguir si presentaba algún signo externo de violencia.

La operación “Humo” se abrió el 13 de noviembre de 2018, es decir, prácticamente un mes después de que se perdiera el rastro del joven colombiano. No fue hasta esa fecha cuando su exmujer y madre de sus dos hijos pequeños presentó la denuncia en la Comisaría. “Desde el primer momento vimos que podría tratarse una desaparición forzosa”, explicó Ruiz Piote. Las primeras pesquisas se centraron en interrogar a los compañeros de piso, quienes dijeron que Miguel Ángel se había ido a la feria la noche anterior y que no había regresado a la casa. Los agentes comprobaron, posteriormente, que sí que había vuelto, que pasó buena parte del domingo en su domicilio y que participó en la fiesta que acabó con su muerte.

A partir de ahí, la investigación puso el foco en las cinco personas que estuvieron en esa fiesta hasta el final: Los dos compañeros de piso se marcharon de Jaén y “emigraron” a Córdoba y a Madrid, donde fueron detenidos ayer. Uno de los “invitados” ingresó en prisión por un asunto de malos tratos apenas diez días después de producirse la desaparición. Y los otros dos se quedaron en la capital. Todos estuvieron vigilados y controlados en todo momento desde que las sospechas se centraron en ellos.

Al puzle le faltaba la pieza principal: el cadáver. La Policía averiguó una posible ubicación: un campo de olivar en la zona de Puente Tablas. Entre varias ubicaciones y con la ayuda de un georradar usado por el Grupo Operativo de Intervención Técnica (GOIT), desplazado expresamente desde Madrid, se localizó la zona exacta en la que podría estar la fosa. Los agentes excavaron apenas un metro y encontraron los restos de Miguel Ángel López.