Carchelejo prepara la gran batalla

Las calles albergan la representación de las avanzadillas de moros y cristianos

14 ago 2019 / 11:17 H.

El pueblo de Carchelejo ve un año más amenizado su verano con la celebración de sus fiestas patronales en honor de la Virgen del Rosario y San Roque, que van desde el 13 al 17 de agosto. El pregón del pasado sábado 3 marcó el inicio de la preferia, llena de actividades deportivas dirigidas a todos los gustos y edades. Sin embargo, estas no fueron más que un aperitivo de lo que se avecina estos próximos días, jornadas cargadas de tradición que sus vecinos esperan con ilusión cada año.

Ayer, los enfermos, personas mayores e impedidos fueron los principales homenajeados, gracias al triduo ofrecido en su nombre, con el que el pueblo mostró su voluntad de hacer sentir integrados en los festejos tradicionales a aquellos cuyas circunstancias se lo impiden. Por la tarde, las carrozas y cabalgaduras tomaron las calles en dirección a la patrona, momento en el que los vecinos salieron con sus mejores trajes al encuentro de la patrona, como preludio a la ofrenda floral en su honor.

La jornada de hoy es una de las más esperadas por los vecinos. Tras la cabalgata de gigantes y cabezudos, que hará las delicias de pequeños y mayores, le tocará el turno a la misa de hermandad en honor a la patrona, cuyo inicio está previsto a las 12:00 horas y en la que los nuevos hermanos de la cofradía recibirán su medalla. A la tarde, darán comienzo unas horas frenéticas de preparación para la singular fiesta de moros y cristianos. Ambos bandos recorrerán las calles para encontrarse en la plaza a las 19:30 horas, cuando los cristianos procesionarán con la Virgen del Rosario. Durante el recorrido, se representarán las tradicionales avanzadillas entre los “enfrentados”. Ambos bandos empuñarán sus alfanjes y espadas, llenando las calles de Carchelejo de emoción y color.

Esta vistosa tradición se extiende a la madrugada; a las 4:00 horas, los vecinos saldrán llamando al Rosario para que finalmente la Virgen, custodiada hasta entonces por los moros, pase a manos cristianas y retorne a su templo. Jornadas llenas de religiosidad, tradición y diversión.