Belleza con raíces santaneras

La modelo Estefanía Martín García, tras años de éxito en España, pone sus miras ahora en Estados Unidos

10 ago 2016 / 12:44 H.

La madrileña Estefanía Martín García pasa unos días con sus padres —Mercedes García Medina y Emiliano Martín Valle— en Santa Ana, la aldea de donde es toda su familia materna. Se trata de una joven de veinticinco años que, durante un lustro, ha desarrollado una exitosa carrera como modelo. Después de acabar la carrera en Administración y Dirección de Empresas pasó un año en Estados Unidos, donde se encargó de divulgar la “marca España”. En su paso por Santa Ana se encuentra alojada con el matrimonio compuesto por José Antonio Medina Sánchez y Re- gina Ruano Romero.

Los abuelos maternos de Estefanía Martín —Antonio García Montes, aún vivo, y Dolores Medina Ruano— emigraron a Badajoz a mediados del siglo XX. Primero se establecieron en La Garrovilla y, luego, como colonos agrícolas, en Vivares. “No eran pobres, pero otros parientes que estaban ya en Extremadura tiraron de ellos. Mi madre no quería irse”, dice Mercedes García. Sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido, los García Medina no han perdido sus contactos con Santa Ana, donde continúa buena parte de la familia, sobre todo por la rama Medina. Después, la madre de la modelo se trasladó hasta Madrid, donde conoció a su esposo, oriundo de la comarca de los Arribes del Duero, en Salamanca. La pareja tiene otra hija, Noelia, que también permaneció varias jornadas en tierras santaneras, ocasión que aprovecharon para visitar la Alhambra y otros lugares.

trayectoria. En su etapa de modelaje, Estefanía Martín realizó numerosos desfiles y sesiones fotográficas. Entre 2009 y 2013 trabajó para empresas como Dior, Mercedes-Benz, Pronovias, Óscar de la Renta, Yves Saint Laurent, Pepe Jeans o Moschino.

Su novio es norteamericano —de padre español y madre turca—, lo que la animó a dar el salto a Estados Unidos. Allí trabajo durante un año para Despaña Brand Foods una firma dedicada a la comercialización de productos españoles de calidad. En Nueva York, además de la labor de oficina se reunía con prestigiosos chefs nacionales asentados en la zona de la Costa Este. “Es un mercado muy competitivo. He vendido mucho aceite, jamón y queso”, explica Martín, quien destaca, no obstante, que el zumo de oliva de Jaén no estaba presente en esa cadena de distribución. Encantada por el trato y el reencuentro con su extensa familia de Santa Ana, anuncia que sus planes son trabajar de forma indefinida en América a partir de 2017. Eso sí, no en las pasarelas.