A juicio dos sanitarios por la muerte de un paciente en el Hospital

La Fiscalía reclama una condena de 18 meses de cárcel

08 dic 2017 / 10:18 H.

La Fiscalía solicita 18 meses de cárcel para un médico cirujano y una enfermera del Complejo Hospitalario de Jaén por la muerte de un paciente al que, presuntamente, dispensaron por error un medicamento al que era alérgico. El Ministerio Público considera que ambos profesionales sanitarios son autores de un delito de homicidio por imprudencia profesional. Además, solicitan una indemnización de 137.000 euros para la viuda y las dos hijas del fallecido. Los encausados, en principio, niegan los cargos.

Los hechos ocurrieron el pasado 5 de abril cuando José G. L., un baezano de 61 años, acudió a Urgencias debido a que se le habían intensificado los dolores de una fístula. Ingresó a las once de la mañana con una dolencia aparentemente menor. Sin embargo, apenas siete horas después, el hombre estaba muerto. Falleció dos minutos después de que le inyectaran un antibiótico, al que era alérgico. ¿Qué falló en este caso para que se le suministrara el fármaco, a pesar de esa incompatibilidad? La Fiscalía responde a esa pregunta en su escrito de acusación: “El terrible desenlace podría haberse evitado si los acusados hubiesen actuado diligentemente (...) Omitieron los mecanismos de seguridad”.

El Ministerio Público explica, primero, que el cirujano que atendió al enfermo en Urgencias cometió “un grave descuido”, ya que prescribió un medicamento a José G. L. sin comprobar si era o no alérgico. Relata que el médico, identificado como F. M. J. A., entendió que era necesario operar al paciente y ordenó el ingreso en planta. En el historial sanitario figuraba que no se le podía dispensar penicilina. De hecho, el enfermo ya tuvo un episodio de anafilaxia en mayo de 2015. A pesar de esto, el doctor firmó un informe que recogía el suministro de un fármaco, al que era alérgico.

Alrededor de las dos la tarde, el paciente fue trasladado a planta. Una enfermera le hizo una valoración inicial y José le especificó que era alérgico a la penicilina y a sus derivados. Un problema en el que también insistió la esposa. Esta primera profesional imprimió el informe y subrayó en rojo la parte que hacía referencia a las incompatibilidades. Llegó a escribir un “ojo” en el documento, tal y como relata el fiscal.

Dos horas después, la mujer del paciente avisó de que su marido tenía síntomas de fiebre. Acudieron dos enfermeras más sucesivamente, a las que la esposa advirtió de las alergias que sufría el enfermo. Aun así, una de ellas, M. C. C. M., preparó un tratamiento, “basándose en la prescripción que había hecho el médico”. “Con evidente descuido omitió cerciorarse si la medicación era compatible con la hoja de valoración que ha hecho su compañera y que está a su disposición informáticamente y también en papel”, añade el Ministerio Público. Cuando llegó la hora de inyectar, la mujer avisó otra vez más de que su marido era alérgico a algunos medicamentos. No obstante, la enfermera M. C. C. M. procedió a suministrar el fármaco. Inmediatamente, José notó que algo no iba bien, que se estaba intoxicando e intentó quitarse la vía. No obstante, falleció en cuestión de minutos sin que los profesionales que acudieron pudieran salvarlo. La Fiscalía sostiene que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio por imprudencia profesional y la defensa sostiene que fallaron los sistemas informáticos, que no avisaron de las alergias del paciente.