Sean felices, disfruten de lo pequeño

La entrega de agosto del “señor Jota” llega cargada de emociones, se aleja del victimismo y aboga por la felicidad >> Los pueblos se vacían, a disfrutar lo que pronto no será

25 ago 2019 / 20:22 H.

Hoy el “señor Jota” se lo toma libre de pejiguera, de azuzador de conciencias, de alma errante que no le encuentra paz a la gobernanza por llevarnos al desfiladero. No, hoy es un día distinto, entre radiante y esperanzado, porque la condición humana reverdece en las peores circunstancias y a ella apela siempre este jaenero metido en años a quien se le escapa la flor de la vida de igual forma que a Jaén los trenes de la modernidad. Y se dice, en estos momentos, al igual que Mafalda: “¿De qué sirve la riqueza en los bolsillos si hay pobreza en la cabeza?” Proclama el “señor Jota” a modo de orgullo su cartilla en números rojos, como tantos y tantos paisanos que esperan las curvas de septiembre, no tanto por la ruina del aceite, que también, sino porque “donde hay poca justicia es un peligro tener razón” y para salvapatrias, los políticos. Domingo fin de mes, llega una cita que se hace tradición desde 2015, que este “señor Jota” les cante las verdades del barquero a nadie, que él suele hablar solo, para una locura, la suya, no tan pasajera más bien entusiasta; no busca público ni lo espera, menos complacidos contertulios que se retroalimentan con engañosos jarabes preñados de pasado, mucho de contra todo y contra todos vivíamos mejor. Quien nada espera, nada teme, quien vive sin pedir, vive mucho mejor. Y más tiempo, ya lo saben ustedes. “La vida es demasiado corta para cargar con los errores ajenos”, decía en boca de Dorian Grey el escritor, poeta y dramaturgo inglés Óscar Wilde. Dicho de otra forma: “Lo mejor de la vida es el pasado, el presente y el futuro”, proclamaba con vitalidad Passolini, afamado director de cine italiano, autor de una obra maestra, “El Gatopardo”, que aparece de vez en cuando por esta Contracrónica (“si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”, lo que hace los pesebreros) pero esa es una historia mortecina impropia de la luz de agosto, del reencuentro con los seres queridos, ese pasodoble en la plaza del pueblo con tu madre, ese combinado en la verbena con tu amor platónico... Porque en realidad somos lo que quedó del niño que fuimos y se nos escapó entre responsabilidades e hipotecas... Se va acabando agosto y esta crónica. “A mí me gustan las personas que dicen lo que piensan, pero por encima de todo, me gustan las personas que hacen lo que dicen”, sentencia Mafalda y el “señor Jota” les confiesa encantado que le sulibellan las canciones de Radio María, tanto como le reverbereyan los cántaros de miel que cantaba Carlos Mejía Godoy. Sean felices, el “señor Jota” les da los buenos días desde Río Madera, a caballo entre Calar del Espino y Huelga Utrera, que la envidia es sana cuando no es propia, se dice refiriéndose a su apostura de pescador sin anzuelo y pies descalzos en el Segura... ¡Viva la buena gente!