Una gran papeleta

Tiene una situación complicada el Partido Socialista para salir del atolladero en el que lo metió Carmen Calvo, pero no menos fácil es el “papelón” del Partido Popular y de Ciudadanos

01 mar 2021 / 16:40 H.

Los representantes institucionales del Partido Socialista tienen una buena papeleta pendiente de resolver desde que trascendió el rechazo de la candidatura jiennense para la instalación de la base logística del Ejército de Tierra. No será cuestión de coser y cantar salir del atolladero en el que les metió la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, con unas declaraciones que dejaron claro el procedimiento para que el “gordo” de la lotería cayera en Córdoba. La ministra fue, verdaderamente, quien encendió la llama de la indignación de una tierra que explotó después de décadas de un silencio incomprensible. Tiene razón el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, cuando asegura que si ella no hubiese dicho lo que dijo, otro gallo cantaría. Ojos que no ven, corazón que no siente. Sin embargo, hay otra lectura: gracias a su sinceridad manifiesta, Jaén se levantó brava sobre sus piedras lunares, en honor de Miguel Hernández. No hay mal que por bien no venga. Otro refrán. El caso es que la cordobesa “hasta las trancas” dejó a sus compañeros socialistas con cargo en alguna de las administraciones públicas de la provincia en una posición difícil o apurada, por no hablar de lo aireada que quedó la parte trasera situada al final de la espalda. Tienen que dar gracias a la providencia ante la ausencia de elecciones a la vuelta de la esquina en un momento de sensibilidad social extrema ocasionada por cuestiones políticas que sí vienen al caso.

Hay quienes dicen que, para que haya inversiones en un territorio, tienen que alinearse los astros en forma de connivencia de signos entre administraciones. Es decir, si un ayuntamiento es de un partido y el Gobierno central es del mismo, los proyectos tienen más visos de convertirse en realidad que si lo son de símbolos contrarios. Se ve, en este sentido, que a Jaén le tocó la china de la excepción y bailó con la más fea cuando la evaluación del Plan de Concentración de Órganos Logísticos de Centros del Ejército, el Colce, estaba en plena fiesta. Hizo bien el alcalde de Jaén, Julio Millán, con la escenificación de la metedura de pata de la ministra, el desvelo del compromiso de la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro, y la publicación de la carta enviada al jefe mayor, Pedro Sánchez. También fue acertado el beneplácito del secretario general del Partido Socialista en Jaén, Francisco Reyes, a la acción emprendida por el máximo dirigente municipal. El problema es, ahora, cómo salir de una situación en la que la cuerda se tensa por dos lados, la del ciudadano, que necesita el respaldo del Ayuntamiento en el derecho al pataleo, y la del Gobierno, que es el que verdaderamente tiene la sartén de las inversiones por el mango. No será fácil quedar bien con todos en un momento en el que solo faltan sacar las barricadas.

Lo tienen complicado los socialistas y no menos los populares. Hay muchos intereses en juego, de tal forma que lo que unos dicen en Jaén no lo pueden mantener en Sevilla y, en consecuencia, tampoco en Madrid. Carmen Calvo sirvió en bandeja al Partido Popular un arma poderosa para atacar al Gobierno central, pero encontró una piedra grande en el camino que hizo dar marcha atrás en los ruegos y preguntas redactados para presentar en el Congreso de los Diputados y en el Senado. El “quid” de la cuestión está en el Ayuntamiento de Córdoba, con un alcalde del mismo signo político que el que lidera la Junta de Andalucía en este preciso momento. Los teléfonos se descolgaron en la primera crítica que hubo, desde la provincia jiennense, hacia una acción gubernamental que dejó a Jaén, una vez más, con la miel en los labios. En la Administración andaluza se escudan en aquello de qué dedo me corto para que no me duela, porque bien está todo lo que venga para Andalucía, pero tan respetable opinión también es cuestionable cuando hay una declaración institucional del Parlamento, órgano representativo de todos los ciudadanos, con apoyo expreso y unánime a la candidatura jiennense para optar al Plan Colce. Cierto es que la expectación generada era de órdago, pero también es verdad que nada sería igual con ausencia de polvareda con respecto a un proyecto logístico que habría sido pan para hoy y para mañana en una tierra necesitada de discriminación positiva.

No es cuestión de buscar al culpable, pero sí es importante que cada uno asuma su responsabilidad en una batalla que no ha hecho más que empezar y que ha puesto sobre la mesa, con luz y taquígrafos, que hay ocasiones en las que la política está por encima de los intereses de los ciudadanos. Alguien tendrá que demostrar lo contrario y, a tenor de lo ocurrido hasta ahora, nadie dará ejemplo con la dimisión.

Ni el Partido Socialista ni el Partido Popular tienen fácil salir del aprieto, lo mismo que tampoco Ciudadanos, partido que gobierna en la Junta de Andalucía y en el Ayuntamiento de la capital. Las incongruencias leídas y escuchadas en torno al proyecto logístico demuestran que quedar bien con Córdoba y con Jaén es misión imposible. La portavoz en Jaén, María Cantos, se erige en verso suelto en la composición de una poesía en la que espera que el ritmo de sus estrofas no decaiga. Ella es, precisamente, la que lleva la batuta de una orquesta en la que todo el mundo sepa que si tensa la cuerda no es para romper, sino para mantener la unión conseguida en torno a la instalación de una base logística que no fue más que un sueño.

Suspendida de militancia y periodo de alegaciones

Está de baja médica, oficialmente, la portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Jaén, Salud Anguita. Sin embargo, las fuentes consultadas aseguran que el Comité de Garantías nacional la suspendió de militancia durante cuatro años, una noticia confirmada a este periódico por el partido en Madrid, que añade que, actualmente, el proceso se encuentra inmerso en un periodo de alegaciones. Hay que recordar que fue el diputado nacional por la provincia de Jaén y presidente de la asociación Voces contra el Terrorismo, Francisco José Alcaraz, quien presentó una denuncia con la concejala por “engaños, difamaciones, insultos, mala praxis y amenazas de expulsión a distintos afiliados, cargos orgánicos y cargos electos del partido”.