Los otros duelos

11 may 2020 / 16:30 H.

Muchas son las asignaturas que quedaron pendientes, en materia política, antes de que la pandemia hiciera trizas la agenda. Todos los partidos tenían anotados en rojo giros en sus organizaciones internas para reconducir el presente y un futuro que, ahora, resulta mucho más incierto. Con razón dice el refrán que “Nunca dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. El caso es que hay quienes viven una especie de tregua que, como todo paréntesis, tendrá su fin y, a tenor de las circunstancias, conviene que sea más pronto que tarde. No estaba en la hoja de ruta del común de los mortales la irrupción de un virus con capacidad para matar y paralizar el mundo. Una vez combatido y superado un examen de naturaleza vital, la recomposición del puzle hará que regresen los fantasmas del pasado para quedarse.

El Partido Socialista, después de llegar Pedro Sánchez al poder, orquestó una reorganización interna en Andalucía que, aunque Susana Díaz la negó varias veces, como San Pedro, en su entorno no se hartaron de pregonar que su relevo era la crónica de una muerte anunciada. Estaba el tablero de ajedrez preparado para que las fichas se enfrentaran en una partida con rivales de una misma “familia” y con la firme intención de cambiar el rumbo de una dirección que perdió las últimas elecciones autonómicas en una comunidad convertida en bastión inexpugnable de la primera fuerza política en la provincia jiennense. Se quedó la “cosa” en el posicionamiento de quienes tienes la sartén por el mango en cada una de las sedes en Andalucía. Ni que decir tiene que Jaén tendrá mucho que decir en una “guerra” pospuesta que, por el momento, no es una prioridad. Compuesta se quedó la ministra María Jesús Montero para una lidia política en la que cuenta con respaldos activos entre los socialistas jiennenses, desde Felipe Sicilia hasta Ángeles Férriz o, incluso, Juan Francisco Serrano, que por algo dejó de ser alcalde de Bedmar. Y muchos más que, tiempo al tiempo, harán su escenificación.

En el Partido Popular, el “corte” se quedó por aquella carta enviada a Madrid, firmada por militantes jiennenses, para pedir explicaciones por la compatibilidad de cargos del presidente provincial, Juan Diego Requena, que dejó la Alcaldía de Santisteban del Puerto, pero continúa como máximo dirigente de esta fuerza política y como diputado nacional. En su agenda estaba seguir con la compaginación de responsabilidades gracias a la autorización expresa de la dirección nacional, aunque se da por hecho el desacuerdo de la regional y, por tanto, su derecho al pataleo. Será, eso sí, cuando el coronavirus se aleje y deje la puerta abierta a la nueva normalización.

Por cierto, en la capital, donde gobierna el Partido Socialista con el respaldo de Ciudadanos, hubo conversaciones informales entre los “naranjas” y los “populares” por si sonara la flauta para dar un giro en el Ayuntamiento, pero lo cierto es que, por el momento, el pacto sigue vigente y con vocación de continuidad.

En Ciudadanos viven inmersos en una reorganización interna que empezó por arriba y terminará por abajo. No hay ciencia cierta en esto de lo público, mucho menos en los tiempos que corren, pero todo hace indicar que la dirección del partido en la provincia cambiará por completo. Un papel dominante ocupará el alcalde de Porcuna, Miguel Moreno, ya presente en la cúpula nacional como consejero del mayor órgano que hay entre asambleas.

En Podemos habrá jaleo, una coalición dividida en la que queda todo por ajustar.

Con las banderas a media asta por la merecida declaración de luto auspiciada desde la Junta de Andalucía, algunas miradas ya están puestas en otros duelos, los políticos, que tarde o temprano tendrán que llegar.