Ha nacido una estrella

16 dic 2019 / 09:37 H.

Nada está escrito, entre otras cuestiones porque ni siquiera se conoce cómo acabará el guion de la película de las últimas elecciones generales. Todo parece encarrilado para que haya presidente del Gobierno en el estreno del nuevo año, aunque están tan mal las infraestructuras que el tren puede descarrilar en cualquier momento hasta toparse con la misma piedra. El caso es que, si los pronósticos se cumplen y las palabras no se las lleva el viento, Pedro Sánchez recibirá la bendición de la investidura con el beneplácito de Pedro Iglesias y compañía. ¿Qué pasará a partir de ese momento? Empezará una nueva etapa en la que el mandamás de todos los españoles tendrá que configurar su nuevo equipo, en el que figuran ministros, secretarios de Estado y un sinfín de cargos en un organigrama en el que el socialismo jiennense espera tener representación. Felipe Sicilia Alférez (Lopera, 1979) se alza como la estrella televisiva de un partido político que busca una nueva imagen de frescura en un puzle en el que él encaja a la perfección.

Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología y policía nacional de profesión, dejó de patrullar las calles de Morón de la Frontera, su último destino, para dedicarse a lo que verdaderamente le gusta. Militante del Partido Socialista desde que cumplió la mayoría de edad y secretario general de Juventudes Socialistas de Bailén, fue uno de los últimos fichajes de Gaspar Zarrías antes de marcharse a Madrid como secretario de Estado. Lo dejó bien posicionado para empezar a cursar otra carrera, en este caso la política, en la que se convirtió pronto en un alumno aventajado y en la que, en la actualidad, representa a esa nueva generación de socialistas alejados de la vieja guardia. En tercera fila, con el aval de la prudencia y la garantía de la perseverancia, avanzó paso a paso en un camino en el que siempre fue de frente, recto y sin armar escándalos hasta convertirse en un valor emergente que, en la actualidad, vive su máximo esplendor.

Si en las autonómicas de 2008 fue de número ocho en la candidatura por la provincia de Jaén, diez años más tarde encabezó una lista en la que los tiempos son otros para una fuerza política que dilapidó el éxito en Andalucía. No perdió el tiempo porque, entre col y col, hizo pinitos en todos los campos en los que, precisamente, no pasó de puntillas. No le duelen prendas en decir, en esa lucha interna que todos callan, que hizo campaña tanto por Susana Díaz en Andalucía como por Pedro Sánchez en toda España. Sus discretos movimientos los situaron, sin lugar a dudas, en un lugar estratégico.

Ni que decir tiene que su experiencia en lo orgánico y en la gestión lo alzaron hasta la dirección del grupo parlamentario nacional, en el que ejerce como portavoz adjunto con maestría demostrada en los platós de televisión en los que se convierte en el altavoz del Partido Socialista. Su buen posicionamiento en el Congreso de los Diputados, siempre al lado del presidente en funciones, presagia desde el primer momento que Felipe Sicilia jugará un papel primordial en el equipo que dirigirá el Gobierno de España. Hay quienes lo ven como ministro (posiblemente de Agricultura), otros como secretario de Estado e, incluso, los más atrevidos se lanzan directamente al vacío para anunciar que será la persona que, en un futuro más próximo que lejano, acabará con diez años de liderazgo de la secretaria general del PSOE en Andalucía, Susana Díaz. La confianza del aparato la tiene. También la valía política, la experiencia y el aire de cambio tan necesario en tiempos revueltos.