Un servicio de tren indigno

Suma y sigue. El caos está ligado al servicio de trenes de Jaén como factores de una misma ecuación. El trato que recibe el viajero jiennense es proporcional a la inversión, servicios y planificación que Renfe tiene con esta provincia. Nada es casual, el maltrato presupuestario y de recursos que tiene el tren en la provincia tiene una traslación directa en el servicio que se presta al viajero. Después de la desastrosa jornada del domingo con retrasos de una hora y traslado de autobús en los servicios que se prestaban por la tarde en dirección Madrid y Sevilla, ayer por la mañana el tren de media distancia a Madrid volvió a tener unos 50 minutos de retraso. Una imagen perfecta sobre la situación del tren en la provincia, sin que las autoridades puedan remediarlo, lo que genera una impotencia en la ciudadanía que está harta de un servicio costoso para lo que se ofrece, máxime si se compara con otras provincias de nuestro entorno. Esta vergüenza, sin embargo, se acumula y quizá solo cuando se desborde la paciencia saldrán las autoridades políticas de turno a reclamar calma y a decir, por enésima vez, que se trabaja sobre el asunto. Es evidente que la clase política no está autorizada a darnos esperanzas sobre esta vía de comunicación esquilmada, maltratada y obviada en cada una de sus decisiones. De esta forma, solo cabe preguntarse hasta cuándo tolerará la ciudadanía este maltrato por decreto, esta falta de garantías en los trayectos, esta ausencia de parámetros de calidad y confortabilidad con respecto a otros servicios similares en Andalucía y el resto de España. Para cuándo una cumbre con el ministro de turno para que se interese por un despropósito mayúsculo. Basta ya de paños calientes. Los jiennenses están cansados de viajar en segunda.