Preparados en los hospitales

    02 abr 2020 / 16:21 H.
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    El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, está convencido de que el confinamiento se tendrá que prolongar todo el mes de abril y que, en todo caso, lo idóneo es que se levante de forma gradual. Sin embargo, son declaraciones que se producen en un contexto de incertidumbre, ya que hay días que da la impresión de que la curva de contagios da un respiro y, sin embargo, otros son un auténtico mazado. Los datos de ayer son escalofriantes para los jiennenses, con once fallecidos en tan solo veinticuatro horas, lo que demuestra que se cumplen las previsiones de los especialistas, quienes aseguraban que esta semana sería la peor para los andaluces. Ni que decir tiene que, desde que el coronavirus empezó su propagación en España, todos los esfuerzos han ido encaminados a paliar sus daños desde el punto de vista sanitario, social y económico. Cada comunidad autónoma hace sus “deberes” para intensificar la contingencia con más medios propios que ajenos, porque es mucho más el dinero anunciado por la Junta de Andalucía para luchar contra el covid-19 que el estipulado por el Gobierno para cada región. El caso es que no hay que escatimar en esfuerzos cuando se trata de un problema de salud pública. Hay dos planes diseñados, el 9.000 y el 15.000, dependiendo de cómo se presente el escenario. Ya hay suficientes camas preparadas en los centros hospitalarios para afrontar la pandemia sin problemas de espacio, pero de nada servirá la infraestructura si el capital humano, los sanitarios que están en la “trinchera”, no reciben el material de protección necesario para que el virus deje de extenderse entre una población que ya de por sí atraviesa una situación psicológica complicada.

    Editorial