Polémica visita del emérito

    24 may 2022 / 16:31 H.
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    El Rey emérito pone rumbo de regreso a Abú Dhabi, donde por ahora tiene fijada su residencia permanente, tras una primera visita a España de poco más de cuatro días en la que hubo reencuentro familiar, incluido con Felipe VI, en Zarzuela. La visita reabre el debate político en torno a la monarquía con versiones polarizadas ante un viaje que debería entrar en los cánones de la normalidad si no fuera por las causas judiciales abiertas contra el monarca. Hay que tener en cuenta, eso sí, que se fueron archivando, uno tras otro, todos los expedientes abiertos en la Fiscalía anticorrupción y, además, procedió a la necesaria regularización fiscal. La sociedad tiene que ser consciente del esfuerzo que el actual jefe de la Casa Real realiza para modernizar la institución que representa, por lo que, en este sentido, la presencia de su padre no se puede entender más que en el marco de las relaciones familiares. Lo que ocurre es que, ante la falta de explicaciones por los graves sucesos que le obligaron a marcharse al extranjero y con una agenda que empezó con una llegada en jet privado y una regata, es comprensible que la polémica esté garantizada y, además, sirva en bandeja la crítica a quienes son contrarios a la Monarquía. Don Juan Carlos no puede obviar que este retorno, después de 650 días pasados en Abu Dabi, tiene hondas repercusiones para la credibilidad de la institución que un día encarnó. Queda claro que las formas no fueron las más correctas, con una visita por todo lo alto en un acto festivo en Sanxenxo. A quien ha sido el representante de la máxima institución española durante casi cuatro décadas se le podía exigir otro comportamiento, al menos más discreto y presidido por la humildad.

    Editorial