Paso a paso en el transporte

Tiene claro el nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Jaén que hace falta un transporte público en la capital más sostenible, más eficaz y más moderno. Por un lado, están los autobuses, cuya concesión la tiene la empresa Castillo desde los años sesenta. Y, por otro lado, el tranvía, una infraestructura millonaria abandonada a su suerte. Son dos frentes abiertos que decide abordar justo al principio de la legislatura y dos problemas que, a tenor de las circunstancias, no tendrán fácil resolución. Ni que decir tiene que el Partido Socialista y Ciudadanos, socios desde la investidura municipal, no tienen potestad por sí solos para abarcar la resolución definitiva de sendos casos, sino que dependen de otras fuerzas políticas e, incluso, de otras administraciones, lo que hace que los pasos no sean de gigante, sino más bien de tortuga. Ayer se reunió la comisión técnica del tranvía en Sevilla y, a tenor de lo que trasciende, para la opinión pública queda esa frase hecha de “más de lo mismo”. Hay voluntad de entendimiento entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Jaén para poner en funcionamiento un trazado sin estrenar. Sin embargo, más allá de esa declaración de intenciones de que será realidad en 2020, no se atisban movimientos que hagan pensar a los jiennenses que, definitivamente, se produzca el desbloqueo, por cierto, un deseo que cada vez cobra más adeptos, porque ya no hay discusión de tranvía sí o tranvía no, ahora el problema no es otro que la falta de financiación. Y, mientras tanto, los trabajadores de Autobuses Castillo anuncian que no se quedarán de brazos cruzados en su “guerra”.