Otra caravana pacífica

    25 feb 2021 / 10:55 H.
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    Todo está preparado para que, el día 7 de marzo, los jiennenses acudan con sus vehículos a Despeñaperros con el objetivo de hacer ruido y que las protestas lleguen a Madrid por la vía más rápida. No es solo el rechazo a la instalación de la base logística del Ejército de Tierra lo que mueve a la ciudadanía a echarse otra vez a la calle. Son muchos más los motivos, todos relacionados con la falta de infraestructura y de oportunidades laborales en una tierra con una evidente dependencia del monocultivo del olivar. Hay que cuidar la agricultura, que es la que verdaderamente sostiene a los municipios y hace que la despoblación no sea tan sangrante como en otros lugares de España, pero hacen falta inversiones y una apuesta clara desde lo público para que la provincia pueda competir con el resto en términos de igualdad y, sobre todo, terminen los desequilibrios ya históricos. La unidad de los movimientos ciudadanos que hay en la provincia es un logro más en esta carrera hacia la reivindicación que consiguió el Ministerio de Defensa con el “no” al Plan de Concentración de Órganos Logísticos Centrales del Ejército y, sobre todo, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que fue quien encendió la llama de la indignación con declaraciones que, más que poco desafortunadas, no se pueden permitir en un Estado democrático. Consentir, desde lo más alto de la política, que un proyecto sea para un territorio o para otro por cuestiones personales es propio de tiempos pasados que ya no tienen cabida en la sociedad actual. El ejemplo que dieron los jiennenses en la caravana del día 14 debe continuar el 7 de marzo para mostrar al mundo que con disturbios solo se consiguen titulares.

    Editorial