Olivareros escuchados

    17 oct 2019 / 10:55 H.
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    Una primera “victoria” en la difícil situación que vive el olivar español y en concreto el jiennense. El anuncio de la Comisión Europea de presentar una propuesta para autorizar el almacenamiento privado de aceite de oliva es un primer paso en la defensa del producto ante la caída de precios actual y los nubarrones que le acechan. Esta medida llevaba exigiéndose por parte de las organizaciones agrarias desde hace tiempo como una opción para regularizar en parte la caída de precios y poder tener margen de maniobra ante el peso de las distribuidores e intermediarios que ganan dinero con el contexto actual de precios. Un valor, que como remarcan los productores, sitúa a los olivareros en el umbral de la rentabilidad. Si a esta situación, que ya no es coyuntural, se une la amenaza de los aranceles en Estados Unidos merced a la guerra comercial que plantea su presidente, Donald Trump, la penalización para los productores es tremenda. Por este motivo se piden más acciones que protejan el débil ecosistema del olivar español. Esta guerra, en la que nada tiene que ver el producto en sí, puede dejar toda la lucha por la comercialización del aceite en EE UU, en la que tanto se ha avanzado, en nada cuando haya que aplicar un 25% más de coste. Es dejar en bandeja, además, la puerta abierta para que la competencia retome el terreno que se le había arrebatado desde la calidad y la sana competencia. Sobran, por lo tanto, los motivos para que no se dilaten más las medidas que se pueden tomar ahora y no dejar a un sector vital en la economía española al albur de intereses de terceros que especulan con miles de familias y con un modo de vida ligado a una tierra y pueblos que no se quiere dejar deshabitados.

    Editorial