No ha habido dignidad

    18 ago 2022 / 16:00 H.
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    Barcelona vivió ayer lo que en principio era un emotivo homenaje a las dieciséis víctimas del atentado yihadista del 17 de agosto de 2017. Una parte importante del independentismo quiso que no fuese así, boicoteando el sentimiento unánime de las personas de bien que condenan siempre y en todo momento cualquier atentado contra la vida de cualquier persona. No ha habido dignidad y podría afirmarse con la rotundidad que se merecen acontecimientos de este tipo, que es miserable su actitud. El recuerdo de quienes murieron arrollados por una furgoneta en plena Rambla de Barcelona debe permanecer al lado de la emotividad, nunca de la política, mucho menos para seguir con sus diatribas y ensoñaciones en pos de la independencia de Cataluña. La Justicia ha dictaminado y condenado a tres personas implicadas en los actos terroristas y otras tantas murieron a manos de los Mossos d’Esquadra cuando previsiblemente iban a cometer más atentados, no hay más que decir, solo lamentar esas muertes y considerar deleznable cualquier uso partidista que se haga de ello, de un acontecimiento tan cruel. Ciertamente, no ha sido todo el independentismo, una parte ha considerado el respaldo al acto como motivo de recuerdo y en silencio, al contrario que otra de las partes independentistas, que asegura desconocer la verdad y se preguntan que qué hay detrás de los atentados. La célula terrorista preparaba algo más grande que la explosión en la que ellos mismos fallecieron. Imposibilitó y fue cuando salieron a las calles de Barcelona y a las de Cambrils, con las intervenciones citadas de las Fuerzas de Orden Público. Jugar con la memoria de las víctimas es cuanto menos indigno.

    Editorial