Los fondos europeos, a debate

La cumbre presupuestaria de la Unión Europea madura ya una propuesta que contente a los países contribuyentes y a los que reciben las ayudas, en este caso España que, en breve, pasará a ser de los que dan más de lo que reciben. En estos días se sustancia el objetivo de recortar fondos agrícolas en un 14% como quieren los países “donantes” y el criterio de países como España y otros tantos que rechazan esta opción que supondría un varapalo de enormes proporciones para el campo español. Sobre el balance de cuentas está el agujero presupuestario que supone la marcha de Reino Unido de la Unión Europea que supone 70.000 millones de euros menos. Este escenario de máximos se reducirá en la negociación, pero es importante para prepararse para unas “vacas” con menos enjundia que en años anteriores. En este sentido, dado que se puede dar por bueno que habrá menos dinero para el campo español habrá que reconsiderar posturas y que las ayudas europeas sean más selectivas o, dicho de otro modo, que lleguen a los productores que verdaderamente las necesitan. Las grandes productoras que son capaces de competir con precios muy bajos dadas sus ingentes plantaciones pueden competir en mercado sin necesidad de recibir ayudas extra. Cosa distinta, es el campo familiar, la pequeña explotación que es mayoría en la economía andaluza y jiennense. Sea cual sea el marco que salga de Europa es necesario reorientar las ayudas europeas que cada vez serán más concretas y prepararse para este nuevo flujo. Si se pretenden cuadrar los balances con el mismo porcentaje de ayudas es hacer las cuentas de la lechera. El Gobierno tendrá que pelear el mejor marco, pero luego hay que adaptarse. No cabe otra opción.