La nueva era de Joe Biden

Una nueva era comienza en Estados Unidos después de la salida de Donald Trump de la Casa Blanca y la llegada de Joe Biden. El 46 presidente, en las escalinatas del mismo Capitolio que sufrió el mayor ataque a la democracia, dejó constancia de sus primeras intenciones con la unidad como premisa fundamental y, en consecuencia, el cierre de las heridas que en estos momentos están abiertas. Derrotar al coronavirus queda en un segundo plano en una sociedad amenazada por una profunda división derivada de extremismos que solo conducen a la violencia. La gran potencia mundial está llamada a recuperar su prestigio para convertirse en un verdadero faro. Será importante el tacto, la mano izquierda, el talante pragmático y una sensibilidad especial para acabar con la grave polarización política de los últimos años. El radicalismo carece de sentido en un nuevo camino cargado de luz y, por lo tanto, de nada servirá actuar contra los Proud Boys si no se interviene contra movimientos como Black Lives Matter. Nada será más peligroso para Joe Biden que la impresión social de que se trabaja contra unos violentos mientras se tolera a los violentos de signo contrario. Hacer América grande de nuevo, el lema que acuñó Donald Trump, es el reto que, precisamente, tiene por delante ahora el nuevo presidente, es decir, asumir el liderazgo de las democracias occidentales que le corresponde por derecho a Estados Unidos. Ahí se esconde el secreto para conseguir el deseado equilibrio mundial ante serias amenazas para la democracia como pueden ser China o Rusia. La llegada de Joe Biden al poder abre también una puerta a la esperanza en la lucha contra las políticas arancelarias contrarias a Europa.