La izquierda “abertzale”

Diez años han pasado desde que la banda ETA anunció el fin del terrorismo y, desde luego, no hay mejor forma de celebrarlo que reconociendo los errores de un pasado que dolerá el futuro y pidiendo perdón sin llegar a pronunciar esa palabra. El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, y el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, mostraron su pesar por el sufrimiento de las víctimas, expresamente las ocasionadas por esta organización terrorista que tantas vidas sesgó para siempre. Es la primera vez que lo hacen en público. Hasta ahora, la izquierda “abertzale” las había integrado en la fórmula “todas las víctimas”, sin hacer ninguna distinción entre ellas y las de lo que EH Bildu llama violencia del Estado. Esta vez, Otegi va un paso más allá al afirmar que siente “de corazón” el “daño causado” por la banda terrorista, que provocó 853 muertes en cinco décadas de asesinatos, secuestros, extorsión y sabotajes. Es un sentimiento “sincero”, dijo el líder independentista. Sin embargo, no llegó a condenar la violencia etarra en un escenario repleto de significado, el Palacio Aiete, en San Sebastián, donde hace una década varias personalidades internacionales, encabezadas por el exsecretario general de la ONU Kofi Annan, reclamaron a ETA el final del terrorismo, que la organización armada asumió tres días después, el 20 de octubre de 2011. Este reconocimiento es, a todas luces, importante, una cuenta atrás hacia la normalidad democrática en la que, no obstante, queda camino por recorrer. Al menos, eso sí, Bildu y Sortu demuestran sensibilidad a la presión social existente en Euskadi a que hagan autocrítica sobre su pasada complicidad política con el terrorismo de ETA.