Estabilidad gubernamental

25 jun 2019 / 16:48 H.

El Partido Socialista obtuvo en las elecciones generales un 29% de respaldo ciudadano y un tercio de los escaños del Congreso de los Diputados. Al ser la primera minoría de la Cámara, el Rey propuso a su líder como candidato a la investidura. Pedro Sánchez adquirió, de esta forma, el derecho de solicitar la confianza del Parlamento para poder dirigir el Gobierno, lo que le obliga a construir una mayoría parlamentaria que otorgue estabilidad. Sin embargo, no es una situación fácil. Nadie está obligado a respaldar al Partido Socialista y, por más que el presidente en funciones repita las reuniones con los líderes de otros partidos políticos por si suena la flauta, no tiene visos de conseguir su propósito. Al menos por el momento. En sus manos está ofrecer la posibilidad de conformar un Ejecutivo sostenible y evitar el desastre institucional de otra legislatura fallida. A Pedro Sánchez no le quedan más opciones que lograr la abstención de ERC o de Bildu o conseguir que lo hagan el Partido Popular y Ciudadanos, que se niegan en redondo. La ayuda de independentistas catalanes y vascos es justo lo que los socialistas decían que querían evitar. Han sido constantes las declaraciones de miembros del Gobierno y del partido expresando su voluntad de no tener que depender de los separatistas. Hay que tener en cuenta que los independentistas no parecen partidarios de hacer nada de manera gratuita. La última de las opciones, y la que parece más complicada, es que se abstenga PP o Cs. El PSOE tendrá que ofrecer algún incentivo para ello, más allá de que no haya nuevas elecciones y comience la legislatura. Esto es para los socialistas el argumento de peso que debería facilitar la investidura de Pedro Sánchez.