El drama de las residencias

    31 oct 2020 / 16:09 H.
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    El impacto del coronavirus en las residencias de personas mayores es una de las principales preocupaciones de esta grave crisis sanitaria en la que nos encontramos. Los últimos datos registrados en la provincia revelan nuevos brotes que dejan 405 contagios y 21 fallecidos. El más cruel es el declarado en la residencia Caridad y Consolación de la capital, con 161 casos y 17 personas muertas. Linares, sin embargo, es la ciudad más afectada e inquietante es también la situación en Santiago-Pontones. La Consejería de Salud tiene previsto habilitar El Neveral como centro de evacuación de pacientes de la covid-19 como reserva para atender posibles traslados si aumenta la presión asistencial en los centros. Toda la ayuda es poca, porque es un verdadero drama el que se sufre en la que los mayores consideran su casa para vivir, en las mejores condiciones, en la etapa final de sus vidas. Están encerrados en sus habitaciones, en soledad y sin contacto físico con sus hijos, una situación de lamento extremo para el que no hay medicina que recetar. Da la impresión de que, una vez superada la primera oleada de la pandemia, las administraciones con competencias en la materia dejaron de hacer los deberes en lo referente a la organización de un plan de contingencia urgente para poder contratar más personal y hacer frente a las necesidades sobrevenidas por esta crisis sanitaria. El refuerzo de la plantilla entre un diez y un veinte por ciento es la principal reivindicación de un sector que vive uno de los peores momentos de su historia. Por un lado, no tienen la financiación suficiente para afrontar gastos que corren por cuenta de la Administración autonómica y, por otro, no encuentran personal para contratar.

    Editorial