¿Debemos tener vacaciones?

La sociedad española se encuentra inmersa en varios debates personales y a la vez económicos de los que es muy difícil salir sin “complicaciones” morales. Quien puede se va de vacaciones, quien no puede, evidentemente no se va, otra cosa es elegir el sitio y decidir dónde se va en cada lugar de verano. Es por ello que se dan circunstancias especiales que son muy resaltables, como por ejemplo que las playas favoritas de los jiennenses, en Almería (Mojácar), Granada (Almuñécar) o Málaga (Fuengirola) se llenan a la hora de disfrutar del mar, pero los locales de hostelería lamentan la escasa asistencia que están teniendo. Tenemos miedo, evidentemente, y preferimos disfrutar del sol a distancia de otras personas, pero a la hora de la comida, con nuestros congéneres más cercanos. Ahora bien, el debate es más general y en este momento reclamamos que no tengan vacaciones nuestros representantes políticos porque no es momento de tenerlas y con indepenencia de que no es adecuado “disfrutar” en el sentido estricto de la palabra después de un confinamiento y una pandemia que ha dejado decenas de miles de fallecidos, está claro que todo trabajador tiene derecho a un disfrute más que ganado, sea el tiempo en el que viva. Otra cosa será su responsabilidad con respecto a su familia si puede hacer acopio de dinero para unos días, unas semanas o un mes entero. La sociedad en Occidente está estructurada para los trabajadores por cuenta ajena con este tipo de derechos sociales y no debemos renunciar a ellos, evidentemente con responsabilidad. Si a todo esto s ele suma lo que se nos anuncia desde distintos frente, que vienen tiempos complicados, no hay otra, desconecten y disfruten para cuando haya que apretar de nuevo los dientes.