Camino hacia la disolución

    19 sep 2021 / 13:51 H.
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    La situación en la que se encuentra el Real Jaén es, cuanto menos, esperpéntica. Nadie acierta a entender cuáles son las pretensiones de quienes llegaron a la capital convencidos de convertirse en los máximos accionistas y, a la primera de cambio, hacer mutis por el foro. La sensación que tienen los jiennenses es que intentan reírse de una sociedad que no le va bien ni siquiera en cuanto al tema futbolístico se refiere. El camino está marcado hacia la disolución de un club que cumplió hace un mes noventa y nueve años de historia y que, hoy mismo, se quedará sin jugar el primer partido de Liga. Ya saben la secuencia. Andrés Rodríguez, presionado por aficionados y peñas en general, dejó su paquete accionarial en manos de Juan Manuel Reyes y “Samu”, sobrepasado por las circunstancias, lo traspasó a Antonio Méndez Asencio. Todo eran buenas intenciones hasta que el jerezano dio la estampida con la venta de las acciones al almeriense Ramón García Fenoy. El Real Jaén regresa al punto de partida en un momento en el que peligra su futuro ante el impago de 136.000 euros a la Comisión Mixta. Mientras Fomento y Promoción del Real Jaén comunica el traspaso accionarial al Consejo Superior de Deportes, algo que se materializará mañana lunes, el equipo perdió la oportunidad de jugar su primer partido de Liga y, por su puesto, también la perdió la afición, necesitada de buenas noticias después de unos vaivenes que a nadie interesan. El Ayuntamiento de Jaén, mientras tanto, sigue a la espera de un proyecto serio para mover ficha con el estadio de La Victoria, que se encuentra en un estado lamentable y que costará dinero, esfuerzo y tiempo recuperar para volver a sus mejores años.

    Editorial