Buen sabor de boca en Fitur

Fue en 1981 cuando se celebró, por primera vez, la Feria Internacional de Turismo en Madrid. El sector, en aquella época, se reducía a visitantes que buscaban el sol y la playa y, los más osados, la montaña. Era difícil encontrar la provincia en las guías turísticas nacionales. Cuarenta años después, el panorama es radicalmente diferente y, en buena parte, Fitur tiene gran parte de culpa. El comité organizador celebró la efeméride con la satisfacción del deber cumplido, porque hay que destacar que la muestra se ha convertido, con méritos propios, en una de las más importantes del mundo y, sin duda, la más relevante de Latinoamérica, exponente de España como el país más competitivo en turismo. Tanto Fitur como la industria turística han crecido, durante estos cuarenta años, a un ritmo vertiginoso y, de forma paralela, la provincia de Jaén. Incomparables son, por ejemplo, las plazas hoteleras que había en aquella época con las que existen actualmente. El salto ha sido importante. De las bolsas llenas de folletos que los visitantes acumulaban a la salida en el maletero del coche se ha pasado, por ejemplo, a las reuniones de negocios y los contratos concretos en variopintos idiomas. Del sol y playa, a la especialización y, recientemente, a esa palabra mágica que de repente está detrás de cada comunicado de una gran empresa: sostenibilidad. Los jiennenses, con la Diputación Provincial de Jaén a la cabeza, han sabido subirse al carro del progreso de un sector que está llamado a ser el motor de la economía jiennense, sin dejar de lado el olivar. La Feria Internacional del Turismo cerró sus puertas, un año más, con el marchamo del éxito y con la mirada puesta en nuevos productos para sorprender.