El Pilar

    15 oct 2021 / 20:09 H.
    Ver comentarios

    Me cuesta mucho entender el fenómeno del botellón, aun comprendiendo bastante de las necesidades propias de la vitalidad de los jóvenes, ni siquiera tratando de ponerme en su lugar a base de recordar mis lejanos tiempos de la adolescencia y de las ocurrencias de los veinteañeros en las que casi todos hemos caído, lo que ya me resulta absurdo y empalagoso, es la necesidad imperiosa de caer en estos desmanes, como si no pudieran sobrevivir sin estas algaradas, generalmente cargados de alcohol y muchas veces drogados con porros, coca o pastillas de gran riesgo, todo esto sin considerar la falta absoluta de medidas de precaución tanto en distancia y en uso de las mascarillas, esa falta de responsabilidad parece que les trae al pairo, sin pensar en las consecuencias en ellos mismos y especialmente en sus familiares de más edad, pues bien, a todo este despropósito y como en todas las manifestaciones multitudinarias siempre surge el típico grupo al que yo llamo “las ratas” de individuos violentos, cuyo origen en cuanto a sus impulsores y mantenimiento me resulta misterioso, porque no llego a comprender ni sus objetivos, ni las ventajas que obtienen con los ataques a las fuerzas de seguridad y desmanes destructivos, como quema de contenedores, rotura de escaparates y saqueos de comercios, este comportamiento completa la estupidez de parte de estos jóvenes, y me induce a recordar lo diferente que eran los hábitos de mi juventud, como el típico guateque en casas particulares, con ocho o diez amigos para tomar una copa y bailar para conseguir un poco de intimidad con la pareja, sin necesidad de emborracharse ni consumir sustancias raras.

    El Papa Francisco ha reconocido un milagro atribuido a la intercesión de Juan Pablo I. Se abre así el camino para la beatificación del Papa Juan Pablo I y ahora solo se espera la fecha, que fijará Francisco. Nacido el 17 de octubre de 1912 en Forno di Canale, Italia, y fallecido el 28 de septiembre de 1978 en el Vaticano, Albino Luciani fue Papa durante solo 34 días, uno de los pontificados más cortos de la historia. Era hijo de un obrero socialista que había trabajado durante mucho tiempo como emigrante en Suiza. Albino fue ordenado sacerdote en 1935; y en 1958 Juan XXIII, lo nombro Obispo. Pablo VI, que tuvo la oportunidad de tratarlo, lo nombró patriarca de Venecia en 1969 y en marzo de 1973 lo nombro cardenal. Luciani, es un pastor que vive con sobriedad, firme en lo esencial de la fe, abierto desde el punto de vista social, cercano a los pobres y a los trabajadores. Es intransigente cuando se trata de la utilización sin escrúpulos del dinero en detrimento del pueblo. En su magisterio insiste especialmente en el tema de la misericordia. En Venecia, como patriarca, tuvo que sufrir mucho por las protestas de los años posteriores al Concilio. En la Navidad de 1976, pronunció unas palabras todavía muy actuales: Hacer alarde de lujo, despilfarrar el dinero, negarse a invertirlo, robarlo; no solo constituye insensibilidad y egoísmo: puede convertirse en provocación y acumular sobre nuestras cabezas, lo que Pablo VI llama: “la ira de los pobres”. Tras la muerte de Pablo VI, fue elegido su sucesor, el 26 de agosto de 1978, en un cónclave que duró un día. En su nombre, unió a Juan y a Pablo, no solo como homenaje de gratitud a los papas que lo nombraron: obispo y cardenal, sino para marcar un camino de continuidad con el Concilio. En un discurso improvisado, recordó que había pasado hambre de niño y repitió las valientes palabras de su predecesor sobre el fuerte desafío entre: “Los pueblos del hambre y los pueblos de la opulencia”. Recibió el homenaje del alcalde de Roma, el comunista Giulio Carlo Argan, a quien el nuevo Papa le citó, con recia caridad, el Catecismo de San Pío X, recordándole que “entre los pecados que claman venganza ante Dios están: oprimir a los pobres y defraudar a los trabajadores de su justo salario”. Murió repentinamente la noche del 28 de septiembre de 1978. En pocas semanas de pontificado, había entrado vigorosamente en el corazón de millones de personas, por: su sencillez, su humildad, sus palabras en defensa de los últimos y su sonrisa evangélica. La fama de alegre santidad de Albino Luciani se extendió muy rápidamente. Muchas personas le han rezado y le rezan. Y muchas personas sencillas han pedido la apertura de la beatificación, que ahora —tras un meditado proceso— ha llegado a su conclusión. Albino Luciani regálanos el preciado don de tu: evangélica, —y muy cordial— y muy distinguida simpatía.

    El Pilar de Zaragoza, columna sobre la cual se apareció la Santísima Virgen a Santiago, a pesar de haber arrojado bombas para derribarla, ahí sigue firme, no hay mal que pueda derribarla, y esto tiene una aplicación para la vida de cada uno de nosotros, tenemos que apoyarnos en una fe inquebrantable en Cristo Jesús nuestro Dios y Señor, por que no hay poder humano ni diabólico que pueda derribarlo. El anticristo está actuando cada vez más descaradamente, y se ha infiltrado en el templo santo de Dios como podemos contemplar viendo las profanaciones que se
    producen dentro de la Santa Iglesia católica contra la divina eucaristía, por los ministros que tenían que ser sus guardianes y se han convertido en los mayores profanadores.

    Cartas de los Lectores