Sentimientos, pasión y amor

    23 oct 2021 / 15:00 H.
    Ver comentarios

    En muchas ocasiones la pasión amorosa inicial es tan fuerte que difumina o desdibuja el amor. Muchas veces el flechazo amoroso acaba convirtiéndose en un dardo envenenado que nos mata fulminantemente o nos va destruyendo poco a poco, pero eficazmente. Creemos que ese sentimiento pasional tan fuerte es amor y en realidad no lo es; porque en ese enjambre de pasión difusa nos fijamos solo en una cuestión, importante por supuesto, como por ejemplo la belleza del rostro o la conjunción y armonía del cuerpo o la hermosura de los ojos o el que pertenece a una familia distinguida o el patrimonio o la afabilidad aparente del carácter, y digo aparente, por qué en muchas ocasiones la afabilidad del carácter es transitoria o cambiante, y es conveniente observarla en distintos momentos y situaciones. También sucede que las personas pueden tener sentimientos buenos pero que al no estar bien anclados sean pasajeros. Los sentimientos han de tener solidez, no podemos ser veletas. Tenemos que tener cuidado con lo que solo es pasión amorosa. Tenemos que tener cuidado con los sentimientos efímeros y faltos de fundamento. Tenemos que tener cuidado con el fulgor aparente de una belleza que esconde: una vida vacía e insustancial, o tormentosa, o tóxica, o... tenemos que tener cuidado con las seguridades del farsante que todo lo ve bien pero porque todo es una pura mentira adornada con la mejor dialéctica, llena de expresiones que nos encandilan y nos atraen. Por lo tanto y para finalizar, hemos de cuidar la espontaneidad de nuestros compromisos, que si no están bien sopesados pueden acabar en abismos irremediables que nos traigan una infelicidad permanente, triste y llena de calamidades.

    RAFAEL GUTIÉRREZ AMARO/LINARES

    Cartas de los Lectores