La hipocresía del siglo XXI

    02 oct 2019 / 09:02 H.

    Ante el estado de desesperación e inseguridad a causa de la situación de desgobierno y la actitudes de la clase política en general, unos por acción y otros por omisión dado el servilismo a sus líderes, los ciudadanos debemos reflexionar muy seriamente porque nos jugamos nuestro presente y futuro. Llevamos así unos cuatro años sin que el país sea gestionado en toda su dimensión y de forma correcta cuando existen situaciones de penuria y falta de recursos para nuestra vida diaria a muchos niveles (sanitario, atención a los más necesitados, educación etcétera) como consecuencia de prorrogar los presupuestos durante dos años además de no aprobar nuevas leyes que puedan contemplar y resolver las necesidades actuales. Todo esto demuestra una enorme irresponsabilidad además de ineptitud e inutilidad de la mayoría de esos que dicen ser nuestros representantes ¿de verdad?, en realidad se rigen prioritariamente por estrategias para alcanzar el poder como sea, condicionado por sus egos, intereses de los poderes fácticos y en todo caso, en un cuarto quinto lugar los intereses de las personas, tal vez este último porque al final tenemos el voto y ahí es donde les duele. Por esto debemos ser muy conscientes de que tenemos un arma muy importante “el voto” y la protesta. Por tanto insto a todos a crear una serie de propuestas urgentes e inmediatas, decentes y justas para llevarlas al Parlamento y que en una primera fase se podrían concretar en los siguientes puntos: dado el coste económico de estas nuevas elecciones, se propone no subvencionar a ningún partido político para esta campaña electoral ya que no somos culpables de este sin sentido y tenemos necesidades mucho más urgentes que seguir entregando dinero a ellos para sus puestas en escena. Cada campaña electoral cuesta unos 130 millones de euros, ¡una vergüenza porque no es necesario! Con una hora que tengan en televisión tienen bastante para explicar su programa para que quien quiera escucharlo, máxime cuando en muchos casos, su contenido no lo cumplen. Como no han realizado su trabajo porque no han cumplido con su objetivo, que es formar un gobierno desde hace muchos meses, pues que en consecuencia solo cobren el salario mínimo interprofesional, es decir: 900 euros/mes y de camino conocerían lo que es tener que vivir con esa enorme cantidad de dinero, todo ello por improductivos. Que no existan tampoco debates por medios de comunicación que sirven sobre todo para montar sus “circos” que demuestran en gran parte su falta de respeto y su inutilidad ya que resultan ser muy semejantes a los programas del corazón. Y si no se puede evitar su anulación por ser “ilegal” pues hacerles boicot y no verlos para que también las cadenas y los medios comprueben nuestra indignación y hartazgo. Considero que es nuestra obligación por dignidad y por justicia.

    El libro escrito por un periodista sobre el Cid ha sido amplia y muy favorablemente comentado por sus colega de su misma cuerda, máxime por coincidir su aparición con esta época electoral. Nada más natural ni tampoco más astuto, en efecto, que exaltar la figura del Señor Campeador disimulando su rasgo más característico e importante en nuestra época. En efecto: todavía la mayoría de los adultos hemos sido adoctrinados con el mito de que fue el gran héroe de la Cruzada de ocho siglos de Reconquista cristiana, siendo así el precedente del Caudillo de la nueva Cruzada, que más de ochenta años después, todavía defiende tímidamente el PP y descaradamente Vox. La cruda verdad es que el Cid fue un soldado de fortuna, un mercenario, que se vendía al mejor postor del momento, luchando tanto contra moros como contra cristianos. El mismo Franco, muy poco devoto antes de que le conviniera serlo, invadió España con huestes moras que mataron a mansalva a muchos españoles y las que Franco escogió después como guardia personal durante. ¡Valientes cruzados los que hemos sufrido los españoles!

    Ayer se celebró el Día del Anciano, instituido por las Naciones Unidas en memoria de Ema Godoy Lobato, escritora mexicana que siempre luchó y trabajó por este segmento de la población. Y es que cada vez, somos más gracias a la creciente esperanza de vida. Incluso muchos de nosotros, superáramos los años de vida laboral en los que hemos cotizado a la Seguridad Social. Este cambio, implica también un cambio en la mentalidad de nuestros políticos a la hora de legislar y de implantar medidas que puedan favorecer a nuestra calidad de vida. Porque no nos olvidemos, cada vez seremos más, y tenemos que tener la seguridad de que viviremos una vida digna cuando ya no podamos decidir por nosotros mismos.

    Siempre nos vamos a mirar el ombligo y no sabemos tratar a las personas. Los funcionarios tienen muy mala fama pero es injusta. También tratamos de manera despectiva al colectivo LGTBI, a las lesbianas, a los homosexuales. Ya está bien de poner etiquetas, son personas que aman apersonas de su mismo sexo, qué daño hacen con eso. ¿Acaso estamos en el siglo XIX o XX? La igualdad también tiene que existir para todos. Zapatero fue el que aprobó la primera ley a favor de los homosexuales, así que no tratemos de manera diferente al que tiene orientación sexual distinta a la nuestra. La Constitución nos protege.