Y se marchó

    10 ago 2020 / 16:33 H.
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    Recordáis cuando escribí en las líneas de este rinconcito del periódico que los españoles somos la leche? Pues me reitero en mis palabras. Con la que nos está cayendo, con el calor que nos derrite y evapora las neuronas, el ciudadano Juan Carlos, alias el Emérito, se larga del país cuando es el centro de todas las atenciones de los medios de comunicación por sus escándalos amorosos y sus supuestos fraudes, o donaciones, o robos, o parte de la corrupción de este nuestro país, o como queráis llamar a esto que está sucediendo, y ¡zas!, en lugar de exigir que rueden cabezas como si en el medievo viviéramos, llenamos las redes sociales de memes que no pueden hacer otra cosa nada más que te desovaries o te descojones, y no puedas parar de reírte. Fotos y vídeos recorren la red con un contenido jocoso, divertido, irónico y sensacional sobre este señor que nos hacen olvidar al menos por un ratito el calor, porque librarnos de la indignación es algo ya más complicado. Y es que en este país, en el que estamos tan acostumbrados a que los de arriba nos roben y jamás suceda nada, pues que el anterior jefe del Estado haya hecho algo similar, pues, oye, como que nos escuece menos. Pero claro, lo que a mí me indigna y me hierve la sangre es esos defensores del Emérito que, como no hay defensa, atacan a la Corina, que si está despechada, que si se está vengando, que si es mala, malísima... Pues mire usted, esta señora es simple y llanamente una señora y fin. ¿Aquí quién tiene que ser digno de su puesto y velar y respetar el país que le dio la Corona? Pues eso es, que no hay cosa más repugnante que el patriarcado instaurado que culpe a una mujer para salvar el culo de un hombre, y si, como ocurre en este caso, es ella quien destapa todo lo oscuro del que debería ser total y plenamente campechano y bueno con su pueblo, pues la culpa es de ella, que no supo aceptar que ahí se quedaba, solita, que él se largaba... En fin, que mi abuelo decía que siempre hay niños para echarles la culpa, y que yo creo que siempre hay una mujer para culparla de todo. Todas las cadenas de televisión hablan sobre ello, pero la estrategia de la casa real parece, al menos para mí, mucho más repugnante. Yo es que me imagino las cenas en esa casa: “Oye, papá, que están hablando ya demasiado, que quizás te tengas que ir”, “¿De dónde, de mi casa?”, “No, hombre, no, que te vayas de España, que nuestro pueblo que no conoce la historia y que le encanta repetirla te dirá que no te las largado, sino que te has exiliado”. Y total, que de un día para otro, el señor Juan Carlos hace las maletas y desaparece. Porque, eso es otra, que dónde está este hombre. Que estamos los españoles con el alma en vilo sin saber si estará durmiendo en un colchón cómodo y comiendo calentito... Si es que tenemos lo que queremos, ni más ni menos. Nos venden lo anecdótico del caso y nos quedamos con los detalles. De pronto carece de importancia lo de los 65 millones que le regaló a Corina, o lo de las donaciones esas que en otro contexto sería corrupción, pero que aquí tenemos que tener cuidado con lo que decimos, y nos centramos en Sofía, que la pobre mujer ha sido una sufridora para unos y una señorona que prefirió, conociendo el engaño, no perder su estatus para otros; que qué pena Felipe lo que se está comiendo, que la asturiana está que trina porque todo esto ocurre cuando llega ella, que las crías han repetido vestido y que llevan las mascarillas muy bien puestas, etcétera. Total, que entre pitos y flautas se nos olvida que la historia se repite, que este señor se ha largado, que no se le juzgará y que aquí paz y mañana gloria. Pero eso sí, al menos no perdemos el sentido del humor, y hacemos más llevadera la situación. Porque ya sabemos que nos roban, pero al menos este hombre era campechano. Porque para que nos robe otro que nos robe este hombre, que es cercano y a veces hasta gracioso. Que no se nos olvide que pidió perdón cuando se fue a matar elefantes y se rompió la cadera. Que no perdamos de vista que Corina está despechada. Que entendamos que son muchos en la familia y todos tienen que comer.

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