Y se convirtió en peluche

23 ago 2018 / 12:41 H.

El diluvio fue una inundación de Mesopotamia. Entonces no había otro mundo conocido. El culto a la mujer es muy anterior a María. El maestro acaba la clase de Ética. Da suelta a los niños y recoge sus cosas. Han sido unas Navidades frías y grises. Cuando atraviesa el patio, una bola de papel irrumpe sobre su cara “¡Yo no he sido, maestro!” grita el niño “¡Ah! ¿no? ¿con que no has sido tú, eh? replica el maestro ¿quién habrá sido entonces? ¡Ven aquí! Dime ¿qué te trajeron los Reyes este año?” “Un osito de peluche” “Ah, bien. Siéntate y escucha. Había un osito de peluche que quería ser hombre para llevar juguetes a los niños. Insistió e insistió hasta conseguirlo del buen Dios. Aquel año acompañó a la comitiva de los Reyes Magos. Acababan de entregar el último juguete cuando apareció un niño que se había quedado dormido y que corría con los ojos muy abiertos en busca de sus Reyes. Entonces el osito de peluche, que se había convertido en niño, rogó a Dios que lo convirtiera de nuevo en osito de peluche. ¡El sería el regalo de Reyes!