Vuelta al cole

La vuelta a los colegios es hoy un serio problema. Tanto para profesores como para alumnos. Mensajes a veces contradictorios, confusión, incertidumbre, temor. Y políticos irresponsables muy preocupados por quedar bien ante su electorado. A estas alturas de la pandemia, el virus del miedo a la muerte y de la distancia social ya causó sus efectos nocivos también. El primer espacio de convivencia y de verdadera igualdad social es la escuela. Y está muy bien fomentar en ella medidas de higiene sanitaria, las cuales serán siempre beneficiosas para todos. Pero no nos pasemos. ¡No hagamos a nuestros hijos más esclavos de las nuevas tecnologías de lo que ya lo son! El uso de móviles y de ordenadores, a edades tempranas, sabemos que provoca enfermizas adicciones. La enseñanza semipresencial falsea resultados y fomenta las desigualdades sociales. La vuelta a la normalidad no puede ser otra cosa que el retorno a las interrelaciones personales, a la sociabilidad sin barreras de los seres humanos. Todas las enfermedades deben ser atacadas, curadas e investigadas desde sus primeros síntomas, pero ello no implica que debamos convertir los colegios en cárceles regladas. Estamos jugando con el futuro y la felicidad de nuestros hijos.