Vamos tarde

    13 mar 2020 / 16:51 H.
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    No hay que ser doctor en Matemáticas para constatar que el crecimiento del número de contagios es exponencial. Es imprescindible disminuir la tasa de contagio (con un R0 estimado entre 2 y 3) por varios motivos: dar tiempo a las tasas de reposición de enfermos en los centros de asistencia y evitar un gran colapso; tratar de que llegue al menor número posible y lo más tarde a personas de riesgo, mientras la comunidad científico-sanitaria concluye los ensayos de tratamientos efectivos que ya tienen, y los prototipos de vacunas; y con ello disminuir el crecimiento exponencial de muertes.

    Bajar la tasa de contagios del coronavirus está, literalmente, en nuestras manos: lavárselas con agua y jabón o gel antiséptico, menos whatsapp y más leer a microbiólogos como López-Goñi para saber además que el virus se inactiva en un minuto en superficies con disoluciones con alcohol, agua oxigenada o lejía. Evitar no ya aglomeraciones, sino el salir, y procurar teletrabajar sin esperar a que al barrio, pueblo o centro de trabajo llegue el virus y el pánico. Desabastecer librerías en vez de supermercados y seguir rigurosamente las medidas de los gobernantes en solidaria prevención mejor que en lamentada obligación.

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