Unidos y mejores

Las familias y los países que se unen tienen algo en común: en ocasiones rivalizan por los recursos y en contadas veces sus miembros tienen las mismas necesidades. Es por ello por lo que pienso en la máxima de “igual para los iguales y desigual para los desiguales” como la razón por la que Italia y España han sido los receptores del 40% de los Fondos de Recuperación Europeos. Estos fondos dependen de la tasa de desempleo y del Producto Interior Bruto de los países, es decir, de si a nuestro familiar le han hecho “fijo” en la empresa o si tiene algunos ahorros en el banco. Sin embargo, el dinero (en parte) no se da sin condiciones, ya que en su mayoría debe ser destinado al cambio climático y la transición digital, con medidas como el impulso a las energías renovables, la eficacia energética o una mayor presencia de las tecnologías en la educación; por lo que si nuestro pariente quiere una ayuda va a tener que reciclar más y sacarse un título académico. En mi opinión, debemos aprovechar esta ayuda haciendo un esfuerzo recíproco, ya que después de la tempestad no solo nos debemos levantar sino hacerlo siendo nuestra mejor versión.