Una guerra en siglo XXI

Recuerdo que con siete años me hice un caparazón de cartón, con la caja de la leche para ser una tortuga ninja mutante, para ser Donatello y como el Equipo A y MacGyver ayudar y escapar de las injusticias. Y recuerdo disfrazada de cartón aparecer en el salón de casa para recibir halagos de imaginación y de mi valentía por querer luchar contra injusticias. Y vuelvo al salón de casa, muchos años después y en la televisión retransmiten que en suelo europeo estalla una guerra, en el siglo XXI. Hay 39 horas en coche desde Jaén a Kiev. 39 horas. Tengo sentimientos de lágrimas. Tengo sentimientos de gritos. ¿Acaso quebraron las palabras? No me mientan. Las palabras si se quiebran se tachan. Las palabras guardan el tiempo en un reloj. Las palabras reescriben recuerdos y siempre con la educación de empezar con mayúsculas luchan en cada frase. Las palabras miran asustadas. Las palabras evocan, despiertan y esperan la esperanza. Las palabras tienen que luchar antes que los hombres. Y vuelvo al salón de casa, muchos años después y en la televisión retransmiten que en suelo europeo estalla una guerra, en el siglo XXI. Hay 39 horas en coche desde Kiev a Jaén.