Un tranvía llamado pasado

    25 sep 2021 / 17:12 H.
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    Llegado ya el Quinto día, derrochando valentía entró por Landalucía un quinto Don que decía saber hacer profecía desde aquel último día en que erró el de Economía. Al parecer, disponía de una extraña brujería: con tiestos rotos, decía que si el tizón les medía, podía ver lo que ocurría desde aquel aciago día, en que erró el de Economía. Por esto llamarse hacía el Don de la Arqueología. Pues lo que antaño ocurría, él, fácilmente veía. Y así llegó el sexto día, mutando en arqueología lo que fuera economía, y pasando a profecía lo que, usando brujería, dijera la arqueología. Siendo ya el séptimo día desde aquel oscuro día en que erró la economía, en toda Landalucía ninguna boca se abría si antes no lo decía el Don de la Arqueología. Pues tal poder poseía que sin rubor se atrevía a traer a Andalucía la Odisea con osadía, diciendo que parecía que cuando a Homero leía el Puente Tablas veía. Y en prueba de este relato, pongo de ejemplo un dato: Ni cuatro días han pasado y de ser futuro ha pasado solo a ser puro pasado. ¿Cabe mayor utopía? ¿Se entiende la osadía con que habló la economía? ¿Se comprende la tiranía del Don de la Arqueología? ¡El futuro es el tranvía! Dijo la economía. ¡El tranvía es puro pasado!! Respondió la Arqueología. Y a mí se me ocurrió un día: ¡Pero si no ha pasado... Todavía!

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