Toque de humillación

    26 oct 2020 / 16:26 H.
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    Pues ya está. Volvemos al mismo lugar de donde partimos. Pero en esta ocasión volvemos por idiotas, por mirar más por criticar que por hacer las cosas bien. En marzo nos vimos encerrados por desconocimiento, hoy estamos a un paso de no salir de casa por imbéciles. Así es. Sin dar más rodeos. Toque de queda, porque el virus solo actúa de noche. Es lo que hay. Porque ¿qué más da que haya centros comerciales con sus mil franquicias abiertas y saturadas, con colas de veinte minutos para pagar una camiseta que tendré que volver a descambiar porque allí no me la puedo probar y en mi casa no me ha gustado? ¿Qué más da que el pequeño empresario se va ahogado con la limitación de aforos y la clientela tenga que esperar en la calle? ¿Qué le importa a cualquier gobierno que cierre un pequeño comercio tras otro si las marcas de sus colegas siguen vendiendo sin respetar aforos o distancias de seguridad? Que no, que no nos enteramos. Que el virus solo ataca si te sientas en una terraza a echar una caña, o si vas a la frutería de tu barrio a comprar dos pimientos y un kilo de manzanas. Cómprate la cerveza en un centro comercial y de paso toquetea toda la fruta y verdura que ya han toqueteado treinta personas más. Porque así somos en este país, idiotas de serie.

    Cerramos el ocio nocturno y en las redes sociales se suben vídeos de personas amontonadas en una plaza sin que acuda la policía. Seguramente porque quien graba prefiere un like que ser honesto con la situación. Subimos a redes sociales al señor que va sin mascarilla en lugar de reprenderlo. Nos quejamos de que es imposible pedir una cita médica presencial mientras nos comemos las babas de litro en litro... Demasiado poco nos pasa para lo imbéciles que somos. Estoy cansada de chocar con personas en El Corte Inglés. De pillar atascos en el polígono industrial. De hacer cola en la caja del Mercadona... Pero la culpa es de quienes salen de diez de la noche a seis de la mañana. Porque todos sabemos que las aglomeraciones se producen a esa hora. Madre mía...

    Vuelvo a la cantinela de siempre. A los gobiernos les importa más el dinerito fresco que un país vivo y sano. Le sale más rentable enterrar a gente que limitar la actividad en las grandes superficies de forma real. Porque multar al pequeño comerciante es más fácil que enfrentarse a los abogados de los explotadores. No sé. Algo no me cuadra. ¿Es que el virus entiende de rentas? Cerramos teatros y permitimos que un Carrefour ponga pegatinas en el suelo y te diga por dónde tienes que caminar. Cerramos bares y limitamos las reuniones familiares. Pero podemos celebrar una boda con casi cien personas...

    Y lo mejor de todo es que los españolitos nos quejamos porque no nos dejan juntarnos... ¿Acaso no somos capaces de entender que todo esto lo estamos provocando con nuestra irresponsabilidad? ¿Acaso no vemos que las limitaciones de movimiento o de horarios solo perjudican a los mismos negocios? ¿Acaso no vemos que nos hemos convertido en un juguete en manos de políticos que no saben qué hacer para asegurarse votos? Poner un toque de queda no soluciona absolutamente nada si tenemos idiotas poniendo objeciones a todo y haciendo alarde de su irresponsabilidad. Cerrar las calles a las 10 de la noche es hacer las cosas complicadas para muchos hogares. Porque lo cierto es que hay menos movimiento en cualquier noche que un día a las 10 de la mañana.

    Nuestra falta de respeto al virus y nuestro miedo decaído nos hace prever un nuevo confinamiento total. Pero este no se va a llevar a cabo, porque nuestros políticos no van a consentir que los grandes empresarios dejen de ganar. Los pequeños dan igual, ellos son los culpables de que el virus ataque... Economía, economía y más economía. Dinero para un país que yace en la miseria humana y en la escoria política. Tenemos lo que nos merecemos, sin duda. Porque nos ponemos un dibujito en la foto de perfil de Facebook y pensamos que ya estamos luchando contra lo malo. El virus se para con responsabilidad y con inversión en investigación y sanidad. No se parará si nuestros políticos siguen con su guerra de mierda.

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