Tiempo de cuidados

21 dic 2021 / 16:34 H.
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Estamos en la semana más familiar del año. A pesar de las precauciones será casi seguro que todos desarrollaremos durante estos días nuestras mejores habilidades para cuidar, disfrutar y estar pendientes de nuestras familias y especialmente de las personas más mayores de nuestro entorno. Harían falta muchas navidades seguidas, sin embargo, para poder cubrir las necesidades de atención y de cuidado que nuestras familias y la sociedad requiere. El Papa Francisco recordaba esta semana desde el vaticano, que la fiesta de la navidad es por excelencia la fiesta de la compasión y de la ternura y su belleza es humilde y está llena de calor humano. Hacía también un llamamiento para poner a la persona en el centro y ponernos al servicio de la comunidad. El mensaje no puede estar más alineado con esa necesidad de cuidados que todos necesitamos a lo largo de la vida y sobre la que es necesaria actuar.

La Fundación Helpage España presentaba la semana pasada un informe sobre “El derecho de los cuidados de las personas mayores”, un extenso documento que recoge reflexiones interesantes sobre los desafíos a los que tendremos que hacer frente en los próximos años para resolver las necesidades de cuidados que todo el mundo requeriremos. Se precisa una nueva organización del cuidado donde las familias, las administraciones y las empresas tendremos que poner de nuestra parte para que, en cualquier caso y circunstancia, todos y todas tengamos garantizado nuestro derecho a ser cuidado con dignidad y respeto a nuestra voluntad.

Cuando se diseño el estado del bienestar a partir de la segunda mitad del siglo pasado, se diseñaron una serie de derechos y prestaciones para que el Estado diera respuesta a los diferentes amenazas y necesidades que nos planteaba la vida. Fundamentalmente el derecho a la salud y el derecho a una pensión cuando no podemos trabajar por alguna causa. Pero nunca se planteó el derecho a una prestación cuando tenemos la necesidad de ser cuidados y atendidos por otras personas. Es hora de plantearlo más allá de la insuficiente ley de dependencia del año 2006.

En España el grueso del cuidado proporcionado a las personas mayores es provisto por familiares, rasgo propio del modelo familiarista de los cuidados. El perfil de la persona cuidadora es el de una mujer con lazos de parentesco, con una media de 55 años, casada, con hijos y sin empleo remunerado. Las personas que prestan servicios en el sector del empleo doméstico juegan también un importante papel en la provisión de cuidados que es ignorado aún por la legislación. En el citado informe se habla también de las discriminaciones que las personas mayores padecen en relación con los cuidados. Habría que destacar que la soledad no deseada es probablemente la situación más cercana a la negación absoluta del cuidado.

Recogiendo la idea del Papa Francisco necesitamos nuevas políticas públicas que sitúen a las personas mayores en el centro, garantizando su derecho al cuidado de manera efectiva, pero también a familias que no se olviden de su responsabilidad del cuidado y de una sociedad que de manera voluntaria debe invertir más tiempo en estas responsabilidades colectivas. Así que en estas navidades por favor miren a su alrededor y dediquen parte de su tiempo a cuidar y visitar a quienes están deseosos de ello, eso sí, con toda la protección frente a la covid.

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